Tarde en un Starbucks

Gente
café
camareros
música
libros
tablets
y portátiles.

No sé si mi lectura
me mantiene concentrado
o ausente.

A unas mesas de distancia,
hay una chica
coleccionista de belleza.

De pelo rubio y ojos azules
ojos que me dicen que,
de Madrid al cielo,
comience mi viaje.

Yo, iluso de mí,
queriendo conocerte
deseo totalmente
que
Jamás
pierda su duelo
contra
Siempre.

Rubiales,
que haces de Madrid
un lugar más soleado
mientras me encuentro
tomando un café americano
con mi colega el valor
y mi enemigo el miedo.

Este café es una droga
que me provoca
deseos de hablar contigo.

Da igual si por timidez
lo hiciese en un mensaje cifrado
sea en verso
o en código binario.

Solo quiero hablar contigo
y conocerte
solo soy un necio
que se ha dejado ganar por el amor
por culpa de nervios de alto voltaje.