Temo nunca olvidarte,
cualquier pensamiento te trae como una borrasca.
Recorro caminos llenos de tus gestos y tus sonrisas;
busco el peso de tu cuerpo reposado en la media noche,
ligero de todo, cobijado por la tranquilidad.
Recuerdo tu rostro dormitado,
tu prolongada impavidez al dormir
y la entereza con que tus manos estremecían mi corazón.
Divago por los lugares nuestros;
espacios místicos que aún conservan el olor de nuestros cuerpos
y los excesos del amor que no podíamos contener.
Mario Dager
- Autor: Mario Dager ( Offline)
- Publicado: 18 de marzo de 2018 a las 17:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
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