"Cuando yo veía, al declinar la tarde elevarse del fondo de un valle cito, el humo de alguna choza, yo me decía: ¡ Dichoso el que encuentra, al anochecer el hogar
doméstico y se sienta en medio de los suyos !
¡El desterrado está solo en todas partes..!
"Estos árboles son hermosos, estas flores son bellas, pero no son las flores y los árboles de mi país y no me dicen nada"
¡El desterrado está solo en todas partes..!
"He visto dos ancianos rodeados de niños, como el olivo de sus retoños, pero ninguno de aquellos ancianos me llamaba hijo suyo, ninguno de aquellos niños me llamaba
su hermano"
¡El desterrado está solo en todas partes..!
poema inedito de : Eleuterio Quintanilla Prieto
- Autor: agus (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de marzo de 2018 a las 20:46
- Comentario del autor sobre el poema: Extractos del discurso de su nieto y su hijo (lazo y video) en el momento del homenaje hecho en Gijon póstumo a su abuelo.
- Categoría: Sociopolítico
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Discurso de Helios, nieto de Eleuterio Quintanilla.Gijón, 29 de enero de 2016
Excmo. Sr. Alcalde, Excmos. Concejales, Excmas. Autoridades, Señoras y Señores, amigos y
familia de Eleuterio Quintanilla.
A mi madre, Dalia, le hubiese gustado estar hoy aquí presente junto a todos nosotros. Pero acaba de
cumplir los 98 años, y a pesar de que sus facultades mentales estén aún muy vivas, sus capacidades
físicas le impiden hacer un largo viaje.
Al salir de su casa en Burdeos, hace un par de días, plantó su mirada en la mía y con el genio que la
caracteriza me dijo: “Y que no se te olvide dar las gracias por lo que están haciendo por tu abuelo”!
Así es que, ante todo, en su nombre y en el mío, les agradezco a todos Vds. y más particularmente
al Ateneo Obrero, al Grupo Eleuterio QUINTANILLA, y al Aula Popular José Luis García Rúa, el
trabajo que hicieron y que están haciendo para mantener vida la memoria de QUINTANILLA.
Rendir homenaje a un hombre sea quien sea, es un acontecimiento que requiere su parte de
solemnidad y de emoción. Pronunciar estas palabras aquí en Gijón, frente a todos Vds., es algo que
me conmueve porque se refiere a la parte más profunda y más íntima de mi mismo.
Mis padres y yo vivíamos junto a mis abuelos, Eleuterio y su mujer Consuelo, en la misma casa de
la Calle Lafontaine en Burdeos. Me crié con ellos dos hasta los veinte años y compartí con ellos
dos, momentos buenos y momentos malos. Mi padre se murió cuando yo tenía nueve años, y mi
abuelo fue para mí mucho más que un abuelo. El me enseñó a leer y a escribir en español, me ayudó
a desarrollar mi aptitud intelectual y moral sin jamás inculcarme la más mínima idea. Eso fue mi
mayor lección: el respeto de mi libertad de consciencia.
Dicho esto, Vds. comprenderán que si hay circunstancias en la vida de un hombre que cambian lo
diario y se imponen como una fecha muy particular, hoy es para mí uno de esos días.
La presencia, aquí reunidos, de parte de la familia de QUINTANILLA, de representantes o
autoridades de la sociedad civil, de todos los que recuerdan al maestro, es, sin duda alguna, un
momento de orgullo pero aún más de gratitud hacia todos los que obraron para que este homenaje
pueda existir.
Aquí, rodeado de todos lo que mantienen viva la memoria de mi abuelo, me siento orgulloso no
solo por ser nieto de Eleuterio QUINTANILLA, si no porque este homenaje lleva en sí una
esperanza, un proyecto que a pesar de los años difíciles que estamos pasando, consigue
reconciliarnos con toda la humanidad.
Puede que algunos consideren que este tributo sea algo anticuado. Pero para los que están aquí
presentes es una manifestación que tiene una máxima importancia. Las cosas grandes nunca pierden
su interés, nunca son inútiles, y es cosa grande honrar el trabajo y la trayectoria de un hombre que
siempre supo cumplir con su deber y dar un verdadero sentido a su existencia.
Evocar ante todos Vds., la figura de QUINTANILLA es de un cierto modo poner en perspectiva el
pensamiento político de un hombre que luchó para la emancipación de sus conciudadanos, y el
rencor que pudieron tenerle los oposicionistas y tal vez, algunos de los que compartían con él, el
deseo de mejorar la humanidad.
QUINTANILLA se enfrentó durante años para tratar de dar a entender su ideal: luchó para la
emancipación de todos los hombres y mujeres, para una enseñanza libre, para unir lo que estaba
diseminado. Pero ese combate para que cada uno pueda conseguir una mejor posición social, no
solo lo llevó en contra de la burguesía, de los terratenientes o del patronato, también tuvo que hacer
frente a las resistencias de su propio campo. Quizás esto sea lo que poco a poco le debilitó, y acabó
por destrozarle.
Si digo esto ante todos Vds., es porque el hombre que conmemoran los gijoneses no es exactamente
el que yo conocí. Vds. guardan el recuerdo de un sindicalista combativo, de un maestro que luchaba
por imponer ideas progresistas; yo me acuerdo de un hombre afable, cariñoso, firme cuando trataba
de explicarme o proponerme un camino, pero agotado. Todas sus fuerzas las había dejado en la
lucha para acercarse a un mundo mejor, para hacer cuanto sea para que nazca un hombre moderno
educado y libre.
Toda su actitud durante años, la dedicó en vistas de ver nacer a ese hombre idealizado, universal,
instruido y autónomo, a pesar de no poder ser totalmente independiente. Un hombre capaz de
caminar hacia una humanidad mejor.
Pero esa lucha no pudo ganarla (o quizás fuese lo que él pensaba) y eso es lo que día tras día le
consumía.
A pesar de todas las dificultades que pudo encontrar aquí, en tierra asturiana, o durante su estancia
en Barcelona cuando la guerra civil, o en el exilio, nunca dejó de pensar que en cada hombre había
una parte de toda la humanidad, que cada uno de nosotros era depositario de esa ley moral, la cual
en todas circunstancias guía nuestra conducta.
Eleuterio QUINTANILLA molestaba, incomodaba, nadie pudo clasificarle porque no era
doctrinario, y por eso mismo movilizó en contra de él todos aquellos que solo podían concebir el
futuro al igual del que ellos pensaban.
No fue un hombre de partido porque no sabía que no hay respuestas fáciles para resolver problemas
difíciles, y que no basta indignarse para sacar el pueblo de un mal paso.
Fue un anarcosindicalista probablemente más reformista que revolucionario. Su acción, él la quería
constructiva, hacia un porvenir que se apoyaba en una sociedad libre hecha de justicia y de respeto.
Sus armas eran la palabra y la pluma, pero no desplegó nunca la más mínima actividad propagandística.
Su interés por la educación era primordial, y hasta en el exilio en Burdeos cooperó eficazmente a la
cultura de la clase obrera. Hoy sé que me dio a entender que tenía un ideal educativo. Eso fue para
él lo más sobresaliente durante toda su vida. Si hago este comentario puede que sea porque fue la
verdadera herencia que me dejó. Aunque como ya dije antes, nunca trató de inculcarme cualquier
modo de pensar, pero sí supo transmitirme esa idea fundamental que cada ser humano tiene derecho
a lo largo de su vida a una formación intelectual y cultural. Creo que la educación popular fue la
base de su militantismo. Hombres y mujeres tienen que poder tener la posibilidad de acceder
durante toda la vida a unos espacios sociales que les permitan construirse, que les permitan
perfeccionar sus convicciones políticas, dialogar libremente, solidarizarse con personas ajenas y
compartir con ellas el ideal de mejorar la sociedad.
Para él, nuestra vida social no tenía como único límite el trabajo en la fábrica o en la mina, ni
tampoco, por cierto, en el descanso junto a la familia. Creo que lo que más le preocupó aquí mismo,
en Gijón, con su participación en el Ateneo, o en Burdeos con la creación de la “Casa de España
Republicana”, era poder fundar una escuela en donde cada trabajador después de su vida laboral,
podía ejercer su derecho a una vida intelectual, a una vida social, a una vida política.
Pero, dicho esto, quisiera añadir que el homenaje que hacemos hoy a una persona, por muy
destacada que sea, otros hombres y mujeres lo merecen. Es imprescindible rehabilitar el honor no
solo el de mi abuelo, pero también el de todos lo que ocuparon un puesto en la historia de este país.
Creo que España tiene que recobrar la memoria, reconstituir su pasado. España no puede renunciar
a la memoria histórica, no puede callarse. Quizá la nostalgia no sea sana, pero el olvido es criminal.
Durante años, refugiados o hijos de refugiados, tuvimos vergüenza frente a lo que vivíamos como
una humillación. Para mi abuelo, como para muchos, ser digno era callarse. Nuestros padres
callaron, nosotros también.
Pero ese silencio no es ausencia, y aún menos, indiferencia. A QUINTANILLA, le cortaron el
camino la guerra, las desilusiones y el destierro. Pero jamás renunció. Yo sé que le animaba cierta
pasión en todo lo que hacía, hasta en el silencio en el que se refugió.
Nunca se quejaba cuando en torno a él, no faltaba gente para lloriquear o manifestar resentimiento
acerca de las circunstancias difíciles de la vida. Mi abuelo nunca abdicó: se dejó olvidar porque
sabía que el precio que había que pagar para la libertad era la solitud y el silencio.
A prueba, este poema escrito de su propia mano, que encontré hace años en medio de algunos
recortes de periódicos que solía conservar
Quizá la nostalgia no sea sana, pero el olvido es criminal.
Traducion al francès
Le déraciné
Quand je voyais, au déclin du jour.
S’élever du fond d'une petite vallée,
la fumée d'une petite chaumière.
Je me disais :
« Heureux celui qui trouve,
au crépuscule le foyer familial
et s'assoit au milieu des siens! »
Le déraciné est toujours et partout, seul ...
"Ces arbres sont beaux,
ces fleurs sont belles,
mais ce ne sont pas mes fleurs
ni mes arbres de mon pays
et ils ne me disent rien :
le déraciné est toujours et partout, seul ...
"J'ai vu deux vieillards entourés d'enfants,
comme l'olivier et ses pousses.
Mais aucun de ces vieillards ne m'appelait mon fils,
aucun de ces enfants ne m'appelait mon frère ".
Le déraciné est toujours et partout, seul ...
Ce poème inédit d' Eleuterio Quintanilla a été retrouvé par son petit-fils, rangé dans ses papiers , après sa mort au quartier .
Comme c' était quelqu'un que j'aimais beaucoup , j'ai voulu traduire ce poème en français , ce que j'ai fait .
Bizarrement, c'est avec le titre que j'ai eu le plus de difficultés à traduire : "El desterrado", la traduction la plus appropriée est le : le déraciné .
Mais, si vous allez chercher sur le web vous trouverez comme traduction : exilé, réfugié, banni etc... tout sauf le déraciné ..
Et pourtant, quand "le Maestro" a choisi ce titre , c'est pour de bonnes raisons , changer ce titre c'est en partie ignorer le sens de ce poème , qui compare l'humain rejetait, banni , à ses propres racines qui lui ont été arrachées .
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