En la calma de la noche te pienso,
en la oscuridad anhelo tu piel,
tus besos,
tu voz que me guía al paraíso de tus cielos,
me aferro a la idea de tenerte y
perderte como si fuera la primera vez.
Desnudo, vulnerable a la inmensidad de la vida te extrañó,
te pienso, te anhelo como las plantas a la lluvia en temporadas de sequía,
no te necesito, pero te quiero, te quiero libre, te quiero mía.
Te pienso, te pienso en la profundidad de mi alma donde tus besos se convirtieron en la esencia de mi ser.
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