Aquellas palabras se clavaron en ella
como quedan las lanzas clavadas en un campo de guerra,
como los banderines en un mapa de estrategias.
Entonces él entornó la tapa de cristal que tenía la caja
y se quedó extasiado mirándola en todo su esplendor.
El entomólogo sonrió satisfecho.
Estaba tan bella aquella mariposa...
Y así, orgulloso, la dejó.
A veces es tan dañino el amor...
- Autor: Bambú ( Offline)
- Publicado: 19 de marzo de 2018 a las 22:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 71
- Usuarios favoritos de este poema: María C., Texi, Max Hernandez, Al4T
Comentarios2
Muy cierto hay palabras y actos que son espinas clavadas, pueden ser tambien espadas directas, flechas lanzadas...como la aguja clavada en el cuerpecillo de la hermosa mariposa.
Muy buen poema
Un beso.
Gracias, querida amiga. Tienes mucha razón. Un beso grande
Otro para ti BAMBÚ...que pena se creen que no sufre la mariposilla, que se pinchen una aguja en el corazón y la dejen ahì hasta que te mueras, es una barbarie que solo saber hacer el ser humano.
¿Cómo esquivar palabras envenenadas?
¿Reglas, advertencias, educando al troglodita, ...?
Saludos amiga
Tienes razón, amigo. Aunque las esquiváramos, el hecho de verlas lanzar contra nosotros ya nos hiere. Un afectuoso saludo
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