Herido de nubes, ensangrentado el sol,
recuesta su tibieza entre mis sabanas,
y al verlas cubiertas de silencio,
se muere de tristeza en las mañanas.
Y el lento reloj que gira, y gira,
va añadiendo sus penas, a la mía,
me culpan las paredes de no verte,
me matan poco a poco, cada día.
Ríos de lágrimas me surgen desde el alma
llevando en su caudal todos los trinos.
¡Que fría primavera es el delirio,
de andar sin tu amor por los caminos.!
- Autor: yito (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de marzo de 2018 a las 09:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 68
- Usuarios favoritos de este poema: Maricel peña
Comentarios1
Lindisimo, saludos.
gracias por tu concepto
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