Pornografía y cerveza

Santiago Miranda

 

Tinder y logos. El funesto
Deambular de entes, nocturnos
Nosotros los malditos sin talento, incluso
Gentrificación en nuestros sueños, inminentes
Desalojos, vidrios revientan esquirlas al infinito
Desplazados más nunca, desclazados
Herederos, del azar entrópico, por norma
Los desaptados del todo nunca, conformes
Ni recayendo en los vicios, agotados, dicen en las noches
No dormirnos, lo cual no es cierto a pesar del día
Un estar soñando y muriendo por salir estallado
Del tiempo; la ciudad es nuestra guía, iniciática
En la transformación del heroe anónimo
A maestro de lo banal, derrotado derrotero
Toda senda es el camino de la iniciación no comenzado
Todo fuego llama por su nombre al leño en ti que encarnas
La repetición de las múltiples divergencias, decimos
Otras vidas vividas, tú-yo-ello-el-pasado confluyendo
En la caída en abismo, del ahora, cristal fractalizado
Solar brillante, afilado, apresto a cortar como la palabra
Al espíritu conectado en la escucha real, agrietado
De tanto otro y ausencia de sí, ausencia indolora
No molesta, nos molesta, en fin, no hay principio
De contradicción sino un zen distante, todo
Y nada es y no es a la vez ¿Fumemos hierba?
Y no hay pureza ni en la calada ora prensada con alquitranes
Ora aumentada con alcoholes, la noche abre su puerta
Innata, el ojo divino es la vía regia y láctea
Star wars y el aullido de poetas beats; repetición de lo mismo
Rock progresivo, cine arte, novelas existencialistas
Crimenes jamás acontecidos no por temor sino por miedo
¿Qué, acaso no es lo mismo? Lo mismo no
Es sino similar, sueño, día perdido en el trabajo
Sangre aspercida de guerras sobre la tierra astral
La casta de asesinos y ladrones o mentirosos por bondad
Construyendo a duras penas el paraíso
Junto al otro, con el otro, dentro del otro
-No existe ningún paraíso personal, sino infiernos-
Y no tememos a los fantasmas recorriendo aquí
Las calles de la locura son los susurros de los muertos
Abortados de la historia; los anarquistas de Chicago
En la horca, las socialistas de Nueva York
En el fuego, pobres mineros de la escuela de Iquique
La metralla, los obreros de la Coruña en la Pampa hostil
Pólvora, fusil, patada una tercera vez bajo el salitre de Marusia
De extremo a extremo, continente anatema
La raíz hispana, sajona, latina la sangre buscando sangre
Y el sentido dilatado a través del suplicio de deberes
Nos reventamos la verga, buscando algo más que efímeros placeres
Nos reventamos la vida sin saber porqué, lo dejamos
Como la garganta sedienta el hígado graso y doliente
La mente virtualizada, desvirtuada, fragmentada en mil lugares
Espero, la historia acabe, que no deseo ser
Más moderno, que me desarme y armen
Denuevo las ciudades, no quiero más de eso
La aceleración de la luz frente a los living/comedores
La superación del sabor irreal cada par de años
Montículos de productos por comprar del tamaño de Babel
El pecado de tener y no ser, tan cercano a separarnos
Tan sencillo es, hundirse en el fondo del vaso y en la imagen
Desnuda y fría, vidas plásticas para gente de plástica ansiedad. 

Ver métrica de este poema
  • Autor: Santiago Miranda (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de marzo de 2018 a las 23:45
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 29
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.