Ya se quedó sin sombra,
el árbol de la vida.
Ya se quedó sin luz,
la aurora de aquel día.
Se quedó sin motivos.
Como queda la brisa,
encerrada en la sima.
Perdido en el reducto,
de su vida finita.
Libre entre dos paredes,
que limitan su risa.
Tragando sinsabores.
Deglutiendo la prisa.
Un sutil equilibrio,
que en su mente vacila.
Expectante en el centro.
Donde el amor anida.
Suave seda de mitos.
De pasiones dormidas.
Supurando recelos,
que la verdad limitan.
Carceleros los sueños.
De rejas sin cerrojos,
con las llaves perdidas.
Leve viento que alienta.
Como abrazan los brazos,
de la nobleza misma.
Suaves frágiles roces,
de la vida que inicia.
Coloreando recuerdos,
del embrión que existía.
El grito acompasado,
como una dulce risa.
De sonora promesa.
De exuberante prisa.
De alcanzar el motivo.
La razón de que exista.
El motor que a ronquidos,
su caminar obliga.
Rompe la flor su núcleo.
Las alas extendidas.
El Sol baña sus órganos.
El aroma y la brisa.
De la mano viajando.
Dando vida a la vida.
A. L.
http://alupego.blogspot.es/2
- Autor: alupego (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de marzo de 2018 a las 06:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 78
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