Cada momento que te contemplo,
me embelesa tu radiante piel,
blanca, en veces rubicunda,
tersa, sublime, satinada,
más aún, fascinante desnuda.
Con el firmamento como ejemplo,
con sutiles fallas del pincel
Dios pinto una lunada
en tus senos, en tu espalda.
en tu boca y en tu cara,
¡obra maestra creada!.
Ni Miguel Ángel al pintar aquel templo,
ni aquel viejo que trazo Babel,
se acercan al imperfecto
que Dios le hizo a tu piel,
sutilezas de pigmento
suculentos como miel.
Cada lunar simboliza mi delirio
de besarlo, de seguir en el sendero
en tu figura exquisita, un martirio
apasionado, que me deja placentero,
descifrar el acertijo, ¡ya es mi vicio!
significan un enigma verdadero.
Seguro estoy que tus marcas
tatuadas con mil excesos,
son mariposas monarcas
que con revuelos traviesos
dirigen mis avanzadas
para embestirte con besos.
Son códices misteriosos
de tu alma apasionada,
algoritmos ingeniosos
de tu belleza acentuada,
imperfectos caprichosos
que inspiran ¡poesía creada!.
Eres la imperfección más perfecta.
Miguel Arturo
- Autor: MIGUEL ARTURO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de marzo de 2018 a las 04:36
- Categoría: Amor
- Lecturas: 374
- Usuarios favoritos de este poema: Joselin Guzman
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