Como cada noche se acerca al puerto.
Quiere dejarse llevar por las aguas,
ya que ellas lo invitan,
pero las ve pasar, sin hacer nada.
Él camina hasta la orilla,
a donde llegan las olas de la bajamar.
Al hombro lleva los remos que usaba
antes de jubilarse.
Los deja en el suelo, con el cesto de la comida,
y se seca unas lágrimas de sus pupilas.
Arriba luce la luna que le mira.
Se rasca la cabeza por debajo de la boina.
Todo está bien, todo es perfecto…
Solamente falta la barca
que perdió un día en el mar.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/03/18
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 22 de marzo de 2018 a las 16:00
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 45
Comentarios1
Buen poema. muy profundo
Gracias Leonardo.
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