El hombre decadente
se deshace
imperturbable...
en elogios deslazados
de la nada,
mientras la extenuante
incandescencia del olvido
se desvela deshonesta...
en la inconsecuente
enredadera
del crepúsculo,
evanescentes
y sincopadas desnudeces...
entristecidas
se adormecen,
en la agenda inusitada
del vacío.
Comentarios4
Un mundo de ademanes inútiles, de acompasados intercambios.
Sabes que esas sensaciones, preceden la tormenta en el cielo del observador pensante.
Un abrazo.
Esteban
Me encanta, es precioso
Saludos
...un lirismo exquisito !
Vacío, iba a decir, existencial del hoy
Saludos afectuosos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.