Volaste, mi pequeña mariposa,
tardaste en regresar pero has venido,
por eso te contemplo entusiasmado
y siento tu presencia en los caminos,
te miro mientras vuelas por la plaza,
planeas por el agua con tus rizos,
te posas en la oscura barandilla
del puente que se eleva sobre el río,
y así se despertaron las pasiones
haciendo que aumentaran los latidos,
la sangre juvenil pedía el beso
y un cuerpo que exhalara mil suspiros,
con esto se calmaban los ardores,
incluso los temblores por el frío,
¡bendita primavera que ahora llegas
y embriagas a los hombres sus sentidos!
Volaste, mi preciada golondrina,
llegaste del invierno sin destino,
buscaste en los aleros viejas ramas
aquellas que formaron otros nidos,
entonces te quedaste pensativa
faltaban los saudades de los niños,
los versos que salían de sus labios,
las nanas de princesas y castillos,
recuerdos de lejanas primaveras,
momentos ya pasados y vividos,
susurros que salieron en la noche
y fueron prioridad en los oídos,
por eso te entristeces un instante,
entiendes que el presente no es lo mismo,
tú llegas en la nueva primavera
y vienes a soñar, aquí, conmigo.
"...Volaste, poesía, encantadora,
llegaste al corazón y a tu objetivo,
en él te has refugiado en un instante
y sientes el volcán, mal contenido..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/18
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 25 de marzo de 2018 a las 16:07
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: catherine paz, Texi
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