Bajo la luz menos cruel de Madrid
(cansado pero palpitante).
Sobre su sombra mas clandestina
(en soledad pero no vació)
Su mirada de tierra húmeda
se alza al borde el silencio
para hacerlo trizas a golpe
de las partituras que germinan
entre la maleza de su alma.
Derramando revelaciones del sigilo
en astrales muros y plazas,
en espalda de salitre y tobillos de nácar.
Melodías hiladas
a cotidianos abismos
de cal, especias, ventanas.
En las que interrumpe la lucha
al dolor que habla.
Y cuando el dia
se endurece entre sus brazos
y los gorriones pretenden
picotear sus ansias,
el les entrega
mijos de sueños inalcanzables.
Y estrechando, entones,
los dedos del vagabundo,
temblorosa, la lluvia
(exhausta y conmovida)
comienza a romperse en pedazos.
Y encuentra el esencial legado
que solo unas manos vacías y errantes,
un alma insondable pero rebosante,
alcanzaría
en un solo vuelo a descubrir;
a lo largo de la anciana llanura
(en la cuspide de la niebla oscura),
en lo mas profundo del ombligo,
(al final del torpe verso amigo)
en el aplastante transito de un segundo
(en el disparatado interior del momento rotundo)
y respirando con quietud
el cálido aliento de entre los limoneros,
la calma ilimitada de todos los instantes,
se asoma al abismo horizontal
de entre su piel y sus horas.
Y mirando, del vació, hacia dentro,
es capaz de recomponer
la perfecta tersura del silencio
oscilando en sus ojos.
Puñados de arenas, brasas y brisa.
Tardes cayendo entre amapolas amarillas,
caminos perpetuos, sin prisa
Y allá en el horizonte …
Estelas de secas orillas.
Del inquebrantable sentido pleno
en cada charco que pisa.
y mirando de noche, hacia arriba,
un firmamento repleto
de quebrantos amargos y doradas risas.
Y anudado a su pecho
una bandada de sueños vencidos
cargados de humilde dicha.
AUTORA - MERCHE MONROY FERNÁNDEZ
- Autor: Pedro Monroy Gemio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de marzo de 2018 a las 03:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
Comentarios1
Excelentes versos, un gran homenaje de tan buena poetisa. Mi saludo fraterno, Pedro.
Gracias ella, desde arriba seguro te lo agradece.
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