En su ser puro, real,
los elementos
miraron crecer,
y miran morir
a los hijos
del sol y la luna,
los papiros de la historia
ensangrentados y gangrenados,
cubren la conciencia
indiferente del tiempo, un dolor
inocentemente cruel,
calla sus posibles rencores, ira,
frustraciones, temores y dudas;
el viento y el mar,
sobre su liquida piel
desde el vejo continente
trajo consigo a tierras vírgenes
seres ignaros, mediocres entes,
asesinos, llenos de codicia,
de maldad, imbéciles almas
carentes de todo buen sentimiento.
Estúpida “cultura” foránea
impuesta por la fuerza,
condiciona nuestras vidas,
malditos
fantoches del conocimiento,
a su imagen y semejanza
nos moldearon a un destino
ajeno para nosotros, incierto,
corruptor de almas;
reemplazado por la fuerza
con muertes, barbarie, dolor
y llanto fue nuestro real Dios,
con sus complementos,
por uno de mas poder
que impone su voluntad
y toda su autoridad a través
de sus crueles hijos,
nuestro desplazado Dios,
en alianza tubo que someterse
a los designios y caprichos
de ese nuevo Creador
que promete resurrección,
solo de esta forma
nuestro desplazado Dios
jamás nos abandonaría,
y hasta hoy en día,
misericordemente con cariño
a escondidas nos da la vida
y cobija nuestros cuerpos
en la muerte, entendiendo
todos nuestros rituales
de agradecimiento consolando
nuestras lastimadas, ofendidas
y despreciadas almas,
…los papiros de la historia
ensangrentados y gangrenados,
cubren la conciencia
indiferente del tiempo, un dolor
inocentemente cruel,
calla sus posibles rencores, ira
frustraciones, temores y dudas.
Estúpidas
seudo culturas foráneas,
condicionan nuestras vidas,
los nuevos hijos del tiempo
son un asqueroso híbrido
sin alma, sin sentimientos,
sin esperanzas,
carentes de certezas, de identidad,
un dadaísmo de irrealidades
tan superficiales como sus vidas,
tan tristes como sus pasados,
los mismos
que ocultan con vergüenza,
siendo estos su verdadera
y única vestimenta, aquella
que por mas disfrazada que sea,
todos pueden verla, sentirla,
presentirla, incluso respirarla,
porque es simplemente, la sangre
de nuestros primeros padres
y hermanos, derramada, sufrida,
humillada, que hasta hoy en día
se vierte para darnos confort;
…maldita conquista!,
malditos conquistadores!,
y malditos conquistados
por la mediocridad,
la superficialidad,
por la indiferencia,
malditos los nuevos hijos,
bastardos de esta nueva era.
- Autor: Rigortmortiz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de marzo de 2018 a las 20:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 61
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