Aguaceros de flamenco inundaban los corrales de la pedanía.
Rayaba el día al son de peteneras mientras el céreo sereno
ronqueaba de tanto pregonar silencio.
La niña Araceli derramaba duende a raudales cuando sonaba en
el campanario de la iglesia la hora de los churros con chocolate.
La Autoridad, vestida de aguafiesta, deslizó sus nudillos sobre el
alerce de la puerta hasta desgarrarla de odio y saña.
El olor a sardinas asadas y carrillá en salsa obró el milagro de los
panes y los peces, con Jesús tronando por bulerías y María sin niño
que le estorbase.
Los agentes fueron entregados con la camisa hecha jirones y sin
placa que denunciara su nombre al carrillón del almuerzo, bajo el
saludo de un sol de puro amarillo que hería la pupila.
La Justicia desembocó sana y salva, mas ojerosa y derrotada,
en las dependencias de la Guardia Civil del lugar.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de marzo de 2018 a las 19:19
- Comentario del autor sobre el poema: El mundo del revés. Pongo bocabajo el espíritu jurídico de los poemas del Cante jondo, donde los gitanos eran los que acababan en la casa de la Guardia Civil.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Amalia Lateano, kavanarudén
Comentarios2
Pase a visitarte y a desarte una semana con buenos logros.
Cariños
Gracias por pasarte Amalia. Lo mismo te deseo. Un abrazo.
Amigo y poeta
Siempre un placer, un gusto visitar tu rinconcito poético.
Puro y profundo sentimiento en este tu cuento. Lo que sale del alma llega profundo al ser de quien lo lee
Un abrazo
Kavi
Celebro tu visita.
Un abrazo Kavi.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.