Caía en picado hacia el fondo del acantilado
entre las grises nubes sin luz alguna
el alma se perdía.
Gritos sordos, lamentos
silencios camuflados
entre los susurros de la vida.
La sonrisa aun prendida
ahogado el llanto,
cicatrizando la herida
la sal que derraman
fantasmagóricas presencias
Recupero ya mi espacio
mis sueños, mis alientos
hálito de vida, que batallaba,
cuando mi carcelero del ayer
fue sembrando miedo, pánico, pena
oscuridad en el fondo de mi alma.
Abandono mi coraza,
dejo que el sol inunde mi ser,
la luz sea compañera
en mis viajes
de la vida que deseo.
Solo yo soy el destino de mi alma,
de mi vida, de mis sueños,
anhelos que son por mi, dictados,
corazón latiendo.
Aquellas raíces que mantuvieron
muerto mi ser,
mi latido,
mi sonrisa,
son parte de mi vida.
Existencia que fortalecieron
mis adentros,
para dejar de ser miedo,
de ser NADA
ni NADIE en el camino.
Amanece que no es poco.
Marijose.- Gracias mi querido niño.
Fotografía my_an_by_duongquocdinh-d8aqvnz
- Autor: Marijose Luque (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de marzo de 2018 a las 07:19
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 22
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