Del golpear de las olas saltan trozos
del pecho de las rocas y entre
mareas de sal me voy muriendo a solas.
Es tarde para amar, la playa está fria y gris,
la arena roja, y entre acantilados solo sombras.
Sombras sobre mi corazón,
sobre mi pecho, sobre mi mente,
sobre mi alma toda.
Quisiera dormir en el fondo del mar,
entre las aguas recias de la cercana costa,
mirando hacia la tierra, recordándote...
y esperando inútilmente, por si algún día
tu quisieras bajar junto a las rocas.
J.C.
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