La tarde con su oscura cortina
caía para cerrar en celajes multicolores
el día expiraba en su ciclo rutinario.
Mi cara anejada de almanaques pasados
frustrada de agonías recorridas
envolvía un halo taciturno de memorias,
como imágenes furtivas se colaban
como mansas avecillas sobre mi cabeza,
mil recuerdos atesorados escapan de su cautiverio
galopando en frenética huida por mis sentidos.
Mis hombros sobrecargados,
embotados por el látigo de la vivencia,
mis manos lijas del áspero labor
dan veracidad y fe religiosa de batallas desvainadas de triunfos
y de amargas caídas en la arena irreverente de mi vida.
Para dicha o desdicha sigo como el árbol
filtrando sobre tupidos ramajes la luz alimentaria de poder,
negando a claudicar y morir,
y como dedos desesperados asir con fuerza mi presa
exhalado los últimos restos de mi lid en furiosa arremetida.
Comentarios3
LA VIDA ES DURA AMIGO
MIS HOMBROS TAMBIEN ESTAN SOBRECARGADOS
EMBOTADOS POR EL LATIGO DE LA VIVENCIA Y DE LA SUPERVIVENCIA AGREGARÍA YO
TE FELICITO
ABRAZO GRANDE
Muy buen manejo de tus metáforas, me han gustado mucho...La vida es una lucha diaria...
Felicitaciones mi querido William...
Un beso.
Gran poema amigo.
interesante y con buen estilo.
...
Que estés muy bien.
Un saludo.
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