Ser alfarero del metal es mi profesión.
Moldeo tesoros adolecientes de traición.
Recorro de Galilea el mar de pescadores
que destellan esperanza de sus miradas.
Expresan ilusiones vertiendo sus pobres
monedas en mi humilde saca.
El Sanedrín me requiere urgido.
Ofrece treinta monedas de plata por
nada..., un simple beso...
¿Qué vale la lealtad hacia una causa que
está sentenciada de muerte?
Es un trato razonable.
Él ya lo sabe. Lo comprende...
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de abril de 2018 a las 10:16
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando lo material no tiene límites.
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 63
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Alexandra L
Comentarios1
Albeerto he leído con detenimiento tu poema, de análisis. Saludos mi amigo.
Me alegra verte. Otro para ti Fabio.
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