Desprovisto de equipaje,
mísero como un mendigo,
nada llevaré conmigo
para aquel último viaje,
cuando, llegada ya mi hora,
la Parca cierre mis ojos
y abandone mis despojos
para partir sin demora,
en viaje de ida, sin vuelta,
con destino al Aqueronte;
allá, en su barca, Caronte
da porte a la orilla opuesta
a las ánimas errantes
que costeárselo puedan,
-otras opciones no quedan,
salvo algunas aberrantes-
Allá está el Hades postrero,
inframundo misterioso;
ante su puerta, furioso,
hace guardia el can Cerbero.
Entrar vivo es imposible,
salvo si eres Odiseo,
Teseo, Eneas u Orfeo;
estar muerto es exigible.
Si yo montara en la barca,
al Hades entrar podría,
pues ya el can comprobaría
que me despojó la Parca.
El óbolo del peaje,
para entregar al barquero,
es el sólito dinero
necesario para el viaje.
No queriendo llevar plata
ni poner pie en la barquilla,
me quedaré yo en la orilla
a vagar la intemerata,
por la ribera, carente
de todo afecto mundano;
no tendré a mano una mano,
menos aún de mi gente,
a no ser de un pordiosero,
del óbolo desprovisto,
no me ayudará ni cristo,
ni, claro está, el can Cerbero.
Cuál sería mi futuro,
si decidiera embarcar,
sin poderme contestar,
me pregunto yo a menudo;
ya tengo curiosidad,
por conocer, no adivino,
mi hipotético destino,
pues da la casualidad
de que hay secciones, también,
allá en el Hades, o Averno:
está el Tártaro, un infierno
y el Elíseo, un edén.
Muchísimas dudas, sobre
la eternidad del Averno,
tengo yo, nada es eterno,
y mucho menos yo, pobre;
quizá es lugar transitorio
donde las culpas purgar,
o, siendo justo, gozar,
de algún modo obligatorio,
por alguna temporada,
en la sección pertinente,
como justo o penitente,
antes de dar en la nada.
Aunque me cabe dudar
de que allá estén todavía,
si entrara, me gustaría
poder ver y saludar
a Eurípides, Clitemnestra,
Aristóteles, Leucipo,
Epaminondas, Lisipo,
Sócrates, Fidias, Electra,
Alcibíades, Platón,
Pitágoras, Jenofonte,
Asterio de Negroponte,
Pericles o Agamenón,
como muestra y buen ejemplo
de personajes helenos,
por más que quién más, quién menos,
discutiría el elenco.
Yo ya no podré contar
esa experiencia futura;
a su propia desventura
cada quién ha de esperar,
cuando, exento de equipaje,
mísero, como un mendigo,
sin llevar nada consigo,
emprenda su último viaje.
© Xabier Abando, 01/04/2018
- Autor: Xabier Abando ( Offline)
- Publicado: 2 de abril de 2018 a las 00:13
- Comentario del autor sobre el poema: En este poema he querido simplemente revisitar algunos mitos clásicos, poco frecuentados, sobre el tema escatológico, que, aunque todo es opinable, a mí me parecen igualmente veraces y más poéticos que los cristianos.
- Categoría: Fantástico
- Lecturas: 103
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, A new verge, Luibarca, Maria Hodunok., Flor de otoño, Ӈιρριε Ʋყє ☮
Comentarios8
Excelentes letras con un final muy bien redondeado!
Un tema que da para filosofar mucho, en un poema muy retórico en sus expresiones.
Los versos son fantásticos y con un alto contenido de figuras y lugares mitológicos!
Me encanto!
Un gran abrazo!!!
Muchas gracias, Jorge, por tus alabanzas. Aqui no pretendía yo tanto filosofar como, simplemente, revisitar estos mitos clásicos, poco frecuentados, igualmente veraces y, creo yo, más poéticos que los cristianos, aunque todo es opinable.
Un abrazo.
Xabier
Yo, trabajo de cajero,
y aunque aún nos queda rato,
para ese último retrato,
cual Dioni, llevaré dinero.
Y allá donde te encuentre,
enmendando poesías,
si de cuitas o alegrías,
pero siempre elocuentes...
...te daré para el barquero,
que no cruzará Aqueronte,
rio arriba, allá en un monte,
cumplirá el deseo postrero.
Por el resto de los días
entre libros y vinilos
oye bien lo que te digo
escribiendo poesías.
Jajajaja, Dante o Virgilio te hubiesen loado mejor, pero solo soy un yo, a secas. Lo dicho, tienes el don de las letras.
Buenos días Abando...
Lo has hecho de maravilla, Ratia, y yo te lo agradezco en el alma. Muchas gracias por tus elogios. ¿Oye, yendo al grano, no me puedes ir adelantando algo de dinerito, para hacerme un seguro de viaje?
Te lo devolvería a mí vuelta.
Un abrazo.
Xabier
Fantásticamente haz realizado estos versos.
Entre realidad y fantasía....excelentes.
Saludos Xabier.!!!!
Je vous salue, Marie, aussi, et je vous en remercie...
Muchísimas gracias por tus encantadoras palabras, María.
Besos
Xabier.
¡Excelente poema Xabier!.
Personalmente no tengo ninguna prisa por vivir la experiencia. En este tema concreto no soy nada curioso.
Un abrazo.
Muchas gracias, Luibarca. Que conste que te entiendo, Jaja!.
Yo tampoco tengo prisa en vivir esa experiencia. Que tarde lo más posible. Solo quería dar una vuelta por los mitos clásicos, menos frecuentados y, creo yo, más poéticos que los cristianos.
Un abrazo
Xabier
Así como hay implantes artificiales de órganos, hoy por hoy los experimentos de muerte artificial en individuos permite transformarse en un héroe homérico.
Saludos Xabier
Parece interesante la posibilidad que comentas. Hoy en día, las ciencias adelantan que es una barbaridad, como se canta en la zarzuela “La Verbena de la Paloma”.
Muchas gracias, Tokki, por visitar mi espacio y comentar.
Un abrazo.
Xabier
Me hiciste acordar de este poema memorable, que te comparto
AGONIA DE UN RUFIAN
Carlos A. Alberti
Yo sé que me ha fichao la tenebrosa.
La veo sobre el negro carromato
mostrarme su guadaña espamentosa
pa transportarme hasta la quinta´el ñato.
Los giles que la van de engrupimiento
no manyan que yo juno que me pianto.
¿Por qué habré de aflijirme si reviento,
si a Dios ni al Diablo no le tengo espanto?
Yo tengo un pedrigré que no se achica
y hago pata ancha ante cualquier parada...
¡Ni amortajado lo verán que hocica
a este tungo, en su última largada!
O si en el cielo o el infiero dentro,
que se aguanten San Pedro o Lucifer:
si van de piolas, al primer encuentro
me los rajo a la tierra a padecer.
No sé si el otro mundo tendrá fecas,
catrielas con vestidos de percal,
farolitos tristones en las yecas
y patios milongueros con parral.
Si hay ginebra, tintillo y escolazo,
de entrada me las puedo rebuscar,
y de un cacho de cielo yo me amaso
un cotorro debute pa´roncar.
Cuando embroquen mi cancha gavionera
y los puntos que calzo en el gotán,
que se ajusten las santas las polleras
porque el cielo será de este rufián.
Me alegro de haberte traído buenos recuerdos. El poema de Alberti es muy bueno, si. En lunfardo, supongo. Más o menos se entiende. Parece que sea un tango, pues justo lo veo publicado aquí: http://www.clubdetango.com.ar/lunfardeando/POESIAS/caa-agoniaruf.htm
Gracias por compartirlo.
Un abrazo, amigo.
Xabier
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