(Redondillas octosílabas)
¡Ay nana! nana temprana.
Nana al compás de la luna.
Nana que tu imagen bruna
al mundo muestra lozana.
Duerme mi niño querido
en tu mundo sin temores.
Un mundo de paz y amores
donde blandito y mullido
te haré un colchón con mi amor
para que sueñes peluches,
ositos, bellos estuches
y pasteles de alfajor
¡Ay nana! Nana callada.
Nana de fragante aroma.
Nana blanca cual paloma
de fina pluma emplumada.
Duerme bien mi ángel bendito,
no albergues mal en tu sueño,
pues pongo todo mi empeño
en que ni un simple mosquito,
pueda tu sueño turbar
pues tu madre, esta mujer,
peleará hasta vencer
o muriendo ha de acabar.
¡Ay nana! Nana amorosa.
Nana de cuentos de infantes.
Nana de gatos con guantes,
o de esa princesa hermosa.
Duerme, que no ha amanecido.
Duerme mi niño risueño.
Duerme que el duende del sueño,
en ti su capa ha extendido
y te velará con mimo
en tus sueños infantiles,
y con caricias a miles
te ofrece su amor opimo.
¡Ay nana! Nana morena.
Nana de besos henchida.
Nana de amor sin medida
que cura toda tu pena.
Duerme cielo en mi regazo
mientras observo gozosa
tu cara fina y hermosa
en el lecho de mi brazo.
Pues a mí me he prometido
cuidar de ti con desvelo
y ser siempre tu consuelo
pues para eso te he parido.
¡Ay nana! Nana chiquita.
Nana de estrellas radiantes.
Nana de sueños brillantes
y de tu cara bonita.
Juan Benito Rodríguez Manzanares
- Autor: Juan Benito Rodríguez Manzanares ( Offline)
- Publicado: 2 de abril de 2018 a las 10:24
- Comentario del autor sobre el poema: No hay nada mejor que el amor por los hijos.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Ágora
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