Allí vas,
sin prisa,
pero con
ansiedad,
camino al
rosedal,
templo sagrado
de nuestro amor,
temes tarde
llegar,
pero jamás,
eso ocurrirá,
aún en la
tardanza,
no estará vacío
el rosedal,
si por infortunio,
no está mi cuerpo,
dalo por cierto,
estará mi corazón,
esperándote
como siempre,
para amarte,
eternamente,
aromas de rosas
acarician tu piel,
se confunden
los pétalos,
con tu sensual
y rubio pelo,
que saben a
terciopelo,
y bajan en
cascada,
mis locos
deseos,
buscando
tus labios,
rogando
tus besos,
camino al
rosedal,
allí vas
excitada,
arde tu sangre,
por llegar
a tu cumbre,
bella mujer.
Víctor Bustos Solavagione
- Autor: Víctor Bustos Sola (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de abril de 2018 a las 12:12
- Categoría: Amor
- Lecturas: 65
Comentarios1
Te felicito!!!!
Muchas gracias por tu generosidad...saludos.
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