Posesión

Posesión

Hoy entendí tu amor, tu publicitado amor.

Ese amor, que se envalentona si me siento libre,

ese amor, que vigila celoso cada movimiento mio.

Ese amor, que se declaró dueño no del afecto, sino de la vida.

Hoy entendí tu amor asfixiante y posesivo,

con la etiqueta de: lucharé por ti, contra quien sea.

Desperté y quise buscarte, necesitaba solo verte,

y si... estabas ahí, hermosa como siempre, vigilante,

espectante, dispuesta, ahí... como siempre ahí...

En tu atalaya, infranqueable para mi,

oculta a mi necesidad, en tu palacio de disculpas,

desde donde gobiernas mi confianza y vulneras mi razón.

Mantienes tu libertad, tu tóxica libertad,

de estar solo cuando tu quieres,

cuando se te antoja que te merezco,

que es quizá cuando menos te necesito.

Y yo, que creí en tu amor, en tu entrega,

en tu: juntos haremos de la vida un paraiso...

solo conseguí una vez mas, desesperarme de no saberte,

de extrañarte, cuando mas te necesito.

Recuerdas, alguna vez...

haber estado en mis momentos de angustia ?

No olvidas tu infortunado pasado y siempre apareces tarde,

cuando el horror ha hecho presa de mi,

cuando hay poco por hacer.

Quizá tienes motivos para huir, no los discuto,

solo pido no ser engañado, detenido en el tiempo.

No tienes obligación alguna, aceptar mi proyecto quizá

fue un manera de no sentirte derrotada por una desilusión.

Pero no quiero pagar platos que otros han roto.

No me asusta un no, los que recibí en mi vida,

me hicieron incurrir en resiliencia y los superé.

Pero siempre me los dijeron a tiempo de tomar el nuevo aire.

Tus dudas me sumergen en el fracaso, porque a mi ?

Que te hice? Seguir vivo para el mundo?

Quizá no necesitabas a tu lado alguien a quien amar,

querías simplemente un alguien, yo me niego a serlo,

también como tu, tengo dignidad y quiero un lugar ecuánime,

no arrodillado y suplicante.

Te equivocaste con mi fragilidad.

Es sensibilidad, no cobardía para enfrentar la vida

y sus complicados caminos.

Que pena me produce descubrir tu juego.

Mi lucha sigue y moriré con las botas puestas.

Lástima no haber sido de la raza que querías a tu mascota.

Ron Alphonso

2 de abril de 2018