CUANDO TE VINE A SUPLICAR
Cuando te vine a suplicar reía
por el presagio del postrer consuelo;
pero más triste se tornó mi cielo,
porque aunque ajena te creí yo mía.
Que yo te amaba, te lo dije un día;
contigo quise compartir mi anhelo
pero tú solo me ofreciste el hielo
que entre tus labios, para mi alma había.
Desde ese entonces las amargas penas
juntas, vinieron a poblar mi vida;
tristezas hubo. De amarguras llenas
volaron ya las ilusiones mías,
y mi alma siempre con la eterna herida
llorando vive desde aquellos días.
Carlos Zuluaga.
- Autor: carloszuluagazuluaga ( Offline)
- Publicado: 3 de abril de 2018 a las 10:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
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