Te vas como olas del mar dejándome desnuda,
seca como la arena,
abandonada.
Y de repente vuelves,
náufrago y capitán
de mi cuerpo sumergido
y tempestuoso.
Voy a gritar que tus manos me mantengan firme
para que el viento no se funda con mi pelo
y me arrastre - brutal - en cualquier noche.
Y cuando tus ojos terminarán
de recorrer los pasos de mis alas,
yo -golondrina loca -
te tocaré las sombras
y la mirada.
Comentarios3
Bellísimo poema que exalta el oportunismo de algún amor.
Con cariño
JAVIER SOLÍS
Gracias por tu comentario.
Quizá sea muy dificil venir a salvarme cada vez que me pierdo y quien lo hace tiene mucha fuerza y mucho amor.
Saludos,
Clara
Excelente !
Gracias 🙂
Saludos,
Clara
Volver, precioso, la fuerza del amor
Saludos
Ágora
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