El silencio y el café están en la mesa
estarán ahí, desnudos, silenciosos para siempre.
Sí me derrumbase esta tarde, no llegarías,
¿me escucharía la mujer de al lado?
se pasa tejiendo despedidas.
¿Alguien escucha?,
no hay destinatario para mi voz,
no tiene final este cuento,
ni hay quien lo escuche.
Los dos estamos solos revisando la correspondencia,
se pierden en la mente los pensamientos,
su música de piano
se escucha entre piezas blancas y negras.
No tengo para pensar en nadie, atardece,
estoy con el silencio, los dos estamos solos,
somos solo dos seres sin rostro.
Una vez más en mi interior resucita un demonio,
golpea la mesa con sus pezuñas,
lo sé, es la muerte en la que cabalgo.
Aun no se ha levantado el sol,
aparecen líneas oscuras en la correspondencia,
el aire persigue la neblina que se eleva desde el café
en esta noche absoluta en la que estamos solos.
- Autor: AVELLANEDA SANTOME (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de abril de 2018 a las 05:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
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