Está el sol muy extraño y se han bebido los ángeles rebeldes
el agua de las nubes,
no te quedes ahí
como un sueño de nácar dibujando su eclipse,
no te quedes ahí, tierra de nadie, territorio polígamo,
vente a dormir conmigo y ya hablaremos mañana
de quién eres,
quién soy
y quién ha puesto tu rostro en esta cara del mundo en que yo habito.
Y si quieres
postergamos los besos y esperamos a ver cuánta epidermis
ocupan las palabras,
contamos los latidos del mar en nuestras manos
y después
cuando el día se acabe y nos abrace la luz entre algodones
probamos a encender alguna estrella.
Casi no te conozco y ya eres lago glaciar de mis recuerdos,
apenas sé tu nombre y ya repito
ciudades extranjeras y rincones de océanos
donde llegan millones de turistas con la única
infancia de ser náufragos.
No adeudamos a nadie una caricia ni tememos
arriesgar el futuro,
no te quedes así como una donna recorriendo el proscenio:
vente a dormir conmigo.
- Autor: Vicente Martín Martín ( Offline)
- Publicado: 5 de junio de 2010 a las 05:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 288
- Usuarios favoritos de este poema: Melba Reyes A.
Comentarios3
VENTE A DORMIR CONMIGO. MUYLINDO..
BESITOS A TI..
QUERIDO AMIGO..
MUY BUENA TU PROPUESTA..JIJI..
BESITOS..
Tus poemas son verdaderamente maravillosos. Gracias, allí donde estás.
Vente a dormir conmigo
Está el sol muy extraño y se han bebido los ángeles rebeldes
el agua de las nubes,
no te quedes ahí
como un sueño de nácar dibujando su eclipse,
no te quedes ahí, tierra de nadie, territorio polígamo,
vente a dormir conmigo y ya hablaremos mañana
de quién eres,
quién soy
y quién ha puesto tu rostro en esta cara del mundo en que yo habito.
Y si quieres
postergamos los besos y esperamos a ver cuánta epidermis
ocupan las palabras,
contamos los latidos del mar en nuestras manos
y después
cuando el día se acabe y nos abrace la luz entre algodones
probamos a encender alguna estrella.
Casi no te conozco y ya eres lago glaciar de mis recuerdos,
apenas sé tu nombre y ya repito
ciudades extranjeras y rincones de océanos
donde llegan millones de turistas con la única
infancia de ser náufragos.
No adeudamos a nadie una caricia ni tememos
arriesgar el futuro,
no te quedes así como una donna recorriendo el proscenio:
vente a dormir conmigo.
Una más de tus maravillas, inolvidable poeta. Abrazos a tu alma, allí donde estés.
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