En las rodillas raspadas de algún niño que ríe o en la sonrisa cansada de un anciano que espera...
Raras veces, pero sucede, el dolor y la alegría se encuentran, se miran a los ojos y bailan algún tango.
Y uno está ahí, dejándose atravesar, conmovido, conteniendo el aire (y el amor), como ese mismísimo instante en el que se sale del agua a respirar para volver luego a sumergirse y seguir nadando hacia la orilla.
- Autor: Antonela Chiussi ( Offline)
- Publicado: 5 de abril de 2018 a las 15:40
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
Comentarios1
Hola. Ya te dije que tu poesía me encanta, no?
Cariños y felicitaciones.
Ruben.
ayy, te extrañaba jaja.. GRACIAS! espero ande todo lindo por ahí
abrazote
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