NIEVE EN LA CUMBRE

Crepúsculo de la vida.
De tenue luz aparente.
Amanecer de recuerdos.
Y sueños de atardeceres.
En la duda permanente.

Los caminos en la frente,
grabados a fuego lento.
Plácidos son los momentos,
que nacen de Sol a Sol.

La existencia hace patente,
en su frágil levedad.
Que cambia, torna y retorna,
cada instante el corazón.
Algunas veces se apaga,
Otras luce como el sol.

Duro camino el andar,
sobre riscos y montañas.
No siempre vale la maña.
La fuerza es la voluntad.
Apelando a la constancia.
Paso a paso hasta el final,
la dura cumbre se alcanza.

Las nieves sobre la cumbre,
la negra cabeza adornan.
Vistiendo con elegancia,
la experiencia se amontona.
Sobre las cejas las hebras,
reflejos de sus andanzas.
Como senderos de nieve,
que a su destino se acercan.
Constantemente constantes.
Girando como la Tierra.

De duelos y encrucijadas.
Late la vida secreta.
Pulsando las sensaciones.
Asomando lentamente,
su frágil naturaleza.
Enamorando sus voces.
Abrazándose con fuerza.
Creyéndose sin fisuras,
sus débiles conjeturas.
Pensamientos deambulando,
como hojas en la bruma.

Sabiamente sazonada,
la esencia que nos contiene.
Lubricando las conciencias,
que permanecen durmientes.
Renovarán viejas fuerzas.
Para alcanzar esa cumbre,
que tenazmente pretenden.

La nieve cae lentamente.
Para blanquear el mundo,
A la negra faz que ofrece.
A. L.
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