Herida de labio
y de azucena...
se anuda vencida
a su requiebro,
terciada de arco
zozobrado...
en pálido y homérico
lamento,
es viento de boca
y de poema...
en rosa licuada
de amapolas,
gacela zaherida
de silencio...
en lagos desnudos
por la aurora.
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