Un grupo de ranas cruzando iba el bosque
y dos, por desgracia, cayeron a un hoyo
y, en vez de ayudar y brindarles su apoyo,
el grupo miraba, asomado en el borde,
los vanos intentos que, abajo en el fondo,
hacían las ranas de aquel agujero
buscando escaparse del atolladero,
y escépticas, viendo aquel hoyo tan hondo,
las ranas de arriba a las otras gritaban
que, siendo imposible escapar a la muerte,
debían, sin más, resignarse a su suerte,
que, sobra decirlo, también lamentaban.
Las ranas del hoyo seguían luchando
y en dar grandes saltos ponían su empeño,
en tanto las otras fruncían el ceño,
mal fin a la pobre pareja augurando,
así que una de ellas, desmoralizada
por tales augurios, dejó de saltar
y al fin pareció que razón fuese a dar
a las agoreras, muriendo extenuada.
Triunfante su tesis, con muchas más ganas,
pues no iba a salvarse, por mucho que hiciera,
a aquella infeliz, de que ya se rindiera,
consejo le daban, gritando, las ranas.
Pero ella, tozuda, luchando siguió,
poniendo atención en hacer mejor salto,
y en cierta ocasión saltar pudo tan alto
que al fin, de aquel hoyo, salir consiguió.
Y al verla, ya fuera, las otras dijeron:
“A salvo, contentas estamos de verte.
Discúlpanos tantos augurios de muerte”.
Enorme sorpresa causó lo que oyeron
decir a la rana, porque agradecía,
con gran alegría, sus gritos de apoyo,
que habían logrado sacarla del hoyo,
por más que, al ser sorda, escuchar no podía.
La fábula enseña una gran moraleja:
Algunos consejos deciden la suerte,
en casos extremos, la vida o la muerte;
cuidado, por tanto, como se aconseja,
so pena de hacerse del fin responsable;
cuidado asimismo si lo que se escucha
hacernos pudiera cejar en la lucha
contra un cruel destino, tal vez evitable.
© Xabier Abando, 15/12/2017
- Autor: Xabier Abando ( Offline)
- Publicado: 7 de abril de 2018 a las 02:36
- Comentario del autor sobre el poema: Esta maravillosa fábula ha circulado en prosa por WhatsApp y yo me he limitado a ponerla en verso.
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 286
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Flor de otoño, Ӈιρριε Ʋყє ☮
Comentarios6
Impresionante trabajo, amigo!
Un poema encantador con una magnífica moraleja!
Métrica y rimas, perfectas. Toda una compleja tarea... al menos a mi me costaría mucho!
Aplausos de pié!!
Un gran abrazo!!!
Mi querido Jorge, agradezco sinceramente tu laudatorio comentario. Los versos muy trabajados sí que están, no fuera a estropear la forma un fondo tan hermoso, que, huelga decirlo, no es mío. Esta fábula ha circulado por WhatsApp y yo me he limitado a ponerla en verso.
Un abrazo, amigo.
Xabier
Me encantan, con miga, los cuentos
y yo por más que a las ranas salude
según Darwing y tu argumento
las mal educadas, no acuden...
Buenisimo me encantan las fábulas, y esta
es fabulosa !!!
Muchas gracias, amigo Ratia. Estoy de acuerdo contigo en que esta fábula es fabulosa. Ya es un poema en sí misma. Yo he tratado de ponerle un marco digno y espero haberlo conseguido.
Un abrazo, amigo
Xabier
¡Enhorabuena Xabier!
Construiste un fantástico poema.
Excelente la moraleja.
Un abrazo.
Me alegro de que te haya gustado, Lui. Gracias por visitarme y comentar.
Un abrazo.
Xabier
La fábula lo es. Yo espero haberla adornado un poquito con el verso.
Muchas gracias por asomarte a mi espacio y comentar.
Saludos.
Xabier
Excelente !!!
Me alegro de que te lo parezca. Muchas gracias. Saludos
No sé por qué, la ranita sorda me hace pensar en Greta Thunberg. Ojalá no pierda la fe y no ceje en su empeño.
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