Me comí la noche
con mi añoranza,
me la comí,
como comía sus labios
y besaba sus senos.
Y acaricié su piel
como siempre lo hacía
de madrugada,
a esas horas etéreas
de la mañana.
Y soñé su cuerpo
y sentí su alma,
como si fuera mía,
como si no existiera
nada que alterara
mi mundo en calma.
- Autor: Hidalgo Caballero M. ( Offline)
- Publicado: 7 de abril de 2018 a las 08:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
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