HASTÍO
¡Qué viejo estás, Sileno!
¡Qué viejo estás!
Más límpido es el cieno
que tu frente y demás.
Muy lenta vas, tortuga...
¿Qué no puedes correr
como Atalanta que subyuga
o como Lucifer?
Qué sucio está mi sayo...
Ya no brilla el rubí
que orlaba como un rayo
y hacía un dios de mí.
Esténtor, no estés mudo;
¡con cien voces gritad!;
a ver si así sacudo
a esta mustia ciudad.
Oh Dios, ¿A dónde vamos
y de dónde venimos
con nuestros yertos racimos
de llantos y de reclamos?
¿Para qué tanto empeño
ponemos, corazón,
si la vida es un sueño?
(O peor: ¡es ficción!)
- Autor: Antranik Manoukian (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de abril de 2018 a las 22:36
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, Texi
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