En la vieja calle
de un pueblo olvidado,
y allí, junto al puerto,
quedaron mis pasos,
quedaron los sueños,
los juegos y ratos,
sutiles y breves,
vividos en años,
y en esa calzada
de piedras y barro,
quedaron las risas,
los ecos del llanto,
también los suspiros,
con voces mezclados
y algunas caricias
surgidas de manos.
Recuerdo la calle,
(no puedo negarlo),
y algunos amigos
por ella jugando,
vivimos un tiempo,
(ni negro ni blanco),
con esa inocencia
que viven los párvulos,
¡benditas las horas,
vividas, soñando,
a ser Peter Panes
y no niños malos!,
por eso es presente,
la calle que escribo,
con nombre dorado.
"...Aquella Cabaña
quedó en el ocaso,
mas no en mi pupila,
por eso la extraño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/18
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 8 de abril de 2018 a las 15:10
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Flor de otoño
Comentarios1
Recuerdos bellos de la niñez y hermosa forma de plasmarlos.
DTB SIEMPRE
Seguro de que todos tenemos algún recuerdo parecido, María Isabel.
Un saludo.
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