En un mundo donde todo se arregla a balas
llevo un lirio blanco y un poema
a medio a escribir
para agazapar la muerte cruzada.
Se que un día me encontrará
por eso para desafiar su sombra
he enseñado a mis manos
a espantar su frio y rigidez.
Hoy mataron a una tierna niña
los de siempre, los de ayer
los que conviven conmigo, contigo
y con todos nosotros.
Tienen la misma repulsa por
el olor a sangre y al igual
que todos beben agua del grifo
se visten con las mismas ropas
andan por los mismo caminos
y nos los encontramos
compungidos o libérrimos
en la taberna de la esquina.
¿Son ellos mismo o somos nosotros?.
El estado dice que no;
siempre he creído que nos mienten.
La violencia y la muerte
se ha institucionalizado
se hizo piel de la patria
se mimetizo en los ojos pardos
de los olvidados de los ricos,
de los expulsados del paraíso burocrático,
de los que equivocaron el camino de vida,
de los que gritan y tuercen cuellos
a fuerza de buscar miradas compasivas.
¿Son ellos mismos o somos nosotros?.
Hay mas cadáveres esperando en la morgue
para que sus dueños aparezcan.
Nos es el gatito de la casa
no es Sultán el perro querido
es el hijo, la esposa, el marido, la madre
la tierna novia que están en la fría losa.
Es carne de mi carne, hueso de mi huesos
que yace fría e inerte a la espera
de su nueva identidad. Es la difunta amada.
Me arropa una tristeza cognoscitiva
lleva años y lustros dejándome su vaho
me ha seguido desde antaño
y aunque trato de mostrarle la mejor sonrisa
me aguijonea el corazón
como queriéndolo devorar.
A veces pienso que los muertos
no son los muertos, que el cadáver soy yo
y que ando de intruso sosteniendo
que todavía estoy vivo.
- Autor: Kleber Exkart ( Offline)
- Publicado: 10 de abril de 2018 a las 00:17
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 49
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