Adiós, democracia;
triunfan los estallidos y las ametralladoras,
han golpeado la autoridad,
corazón de patria, corazón de gloria.
Y en los zócalos conmemoran la batalla de victoria,
hay ilusión de primer mundo;
la historia se repite día a día.
No obstante, la pesadilla está iniciando.
Desencadenaron las muertes y la censura,
esos tiranos golpistas están en guerra
solo contra la libertad
(el mesías no era mesías).
Errores del horrendo y desquiciado vicio
irresponsables traidores de la patria.
No en mi suelo
Nos dicen «construimos el Estado de derecho»
Vendieron el cuento de los sufragios;
tristemente, el sueño de pereza y debilidad,
pavor, desigualdad:
La ambición del mayoral,
(es mayoral desvergonzado)
con el dinero como su deidad
y cruenta llaga del proletario
¡Ah, su fe tan ciega!
El delincuente,
babilonio de la desventura;
traiciona a su hermano,
y a su compañero de desgracia.
Y aquel que vive en las calles,
sufre la adicción y su coraza se desgarra;
Pero es dios quien lo cuida y le da la prueba infame.
La dictadura existe en ambos puntos
Suelo revolucionario
o suelo pávido;
no hay tanta diferencia,
se respira el mismo aire marginado.
- Autor: Jesús Oscar Ugalde ( Offline)
- Publicado: 12 de abril de 2018 a las 22:36
- Comentario del autor sobre el poema: Es una refelxión sobre ese fenomeno que fuera tan común en América latina, contra el caso mexicano.
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 22
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