En un patio soterrado, donde el agua
de la Alhambra la mimaba...
sola, altiva, hermosa y callada
vivía aquella rosa.
Por las noches, en su camino de luna
un lucero la besaba, y al besarse..
el olor de la tierra aspiraban, y
el olor del viento, y el olor de la luz clara,
y el olor de sus cuerpos y el olor de sus almas.
¡ Que sueños de silencios ¡ ¡Que silencios en calma ¡
Dicen los antiguos del lugar que por caminos de luna
el lucero y la rosa entre risas se amaban
y me pregunto yo:
¿ Por qué olvidaría Washinton Irving
contar esta historia en sus " Cuentos de la Alhambra. ?
J.C.
Comentarios2
Y me imagino yo que alguna respuesta a tu pregunta ya te habrás imaginado. Tú pasión por Granada y por la alhambra seguro te la habrán inspirado.
Abrazos
La respuesta es un perfecto pareado.
Las palabras invisibles a veces marcan rutas. Saludos. J.C.
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