Quiero hablar de los días sucesivos,
sublimados de manera imperceptible
y que han pasado con tanta, tanta prisa
que hacen desconcertante ese pasado.
Sólo persisten asidos e indelebles
hijos y nietos que al llegar cantaban loas
y esas dolorosas despedidas… tan eternas
que alejan de mi ser cualquier olvido.
¿Dolores y amores en puntos tan extremos?
¿Por qué siempre me duele donde más me duele?
El mar muere en la arena desde siglos
y por bravía que haya sido la ola, allí muere,
en esa arena blanca y suave… muy suave
con una suavidad que desconoce el mar.
Y, como el mar, morirán mis días en arenas
-tras amores y dolores-
tan fugazmente y con tanta prisa porque…
no quiso el tiempo hacer la pausa necesaria
para suspirar y complacerme.
De mi libro “De la espera a lo esperado”. 2011 ISBN 978-987-1415-41-0
- Autor: Carlos Justino Caballero ( Offline)
- Publicado: 13 de abril de 2018 a las 16:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Jhon Deivy Torres Vidal, Ana Maria Germanas
Comentarios2
Hola Carlos, porque sera que aun el espiritu mas fuerte, declina ante el paso insobornable del tiempo, aunando amores y dolores, en ese fin anunciado ??, esa mezcla, amalgamada que finaliza en el olvido.-
Tu poema, revivio en mi, esa circunstancia, y me agrado tu forma de expresarlo, te dejo un cariñoso saludo.-
Muy grato comentario que agradezco, Ana María!
Suele suceder que la vida agregue sal a las heridas, pero la belleza poética es un bálsamo.Un poema triste, bellamente expresado. Saludos.
Mi gratitud siempre, estimada Melba!
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