Esa absurda actitud, fría y distante,
que dejaste entrever el otro día,
me hace temer que lo que más temía
haya llegado al fin para instalarse.
Me temo que esa extraña lejanía
sea síntoma de un cambio de talante
y que un trato glacial, seco y cortante
arruine nuestra relación un día,
porque el cansancio y la monotonía
la libre unión actual en atadura,
como la luz del sol en noche oscura,
por desgracia, quizá, trocar podrían.
Tal vez no queda en ti ya amor bastante,
no se si por mi culpa o por la tuya,
para hacer que un milagro restituya
todo lo hermoso que vivimos antes
y antes de que el hastío te haga odiar
lo que antes deleitaba tus sentidos
y los bellos momentos compartidos
el ciego desamor te haga olvidar,
detente un momento a pensar y mira
si nuestra relación vale la pena,
si es una bendición o una condena
que pueda esto durar toda la vida.
Azarosa jugada del destino
nos pone en tesitura delicada;
nos hallamos ante una encrucijada
en la que solo caben dos caminos.
La alternativa, simple, es “arre o so”;
no caben soluciones intermedias,
ni se hallan consultando enciclopedias:
O tiene esto futuro o se acabó.
Medítalo y decide en libertad.
Si no hay amor y nuestra relación
se tiene en pie por mera compasión,
mejor será dejarla en amistad.
Ojalá que decidas continuar,
en acto libre de tu voluntad,
pero si has de marcharte, vete en paz,
sin siquiera volver la vista atrás.
Gritar podré en silencio mi dolor,
mostrar en soledad mi desconsuelo,
rasgar mis vestiduras hasta el suelo,
tirarme de los pelos con furor,
podré desesperar, llorar a mares
hasta anegar la arena de un desierto,
mas una cosa puedes dar por cierto:
muy a pesar de todos los pesares,
no voy a suplicar, no está en mis genes,
y, como ya me aconsejaron antes,
no se debe correr tras los amantes,
ni tras de los tranvías o los trenes.
El tiempo empapará como una esponja
las lágrimas que asomen a mis ojos,
quedarán de este amor solo despojos
y no querré que vuelvas; ¡antes monja!
© Xabier Abando, 21/03/2017
- Autor: Xabier Abando ( Offline)
- Publicado: 15 de abril de 2018 a las 04:12
- Comentario del autor sobre el poema: No es una situación vivida personalmente, sino una situación hipotética, inspirada en la real de una persona cercana. La expresión “Antes monja” parece indicar que el protagonista es una mujer, pero, en realidad, está pensada para un protagonista masculino (hipotéticamente yo mismo, sin ir más lejos) y refuerza la dificultad de la alternativa preferida, ya que primero hay que cambiar de sexo, de hombre a mujer, y luego ingresar en un convento.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 126
- Usuarios favoritos de este poema: M.G.Ratia, Flor de otoño, Jorge Horacio Richino
Comentarios6
Incalificable !!!
Lo dicho extremo, tiene el problema de tocar techo y no poder superarse. Pero sigue sorprendiendome tu genialidad cada día.
Solo cabe pedirte que no dejes de hacerlo.
Soberbio, magno !!!
Muchísimas gracias, Ratia. Trataré de esforzarme como acostumbro, para poder seguí recibiendo comentarios tan halagadores como este tuyo.
Un cordial abrazo.
Xabier
Precioso poema, de perfecta versificado, que refleja perfectamente el dolor por la ruptura de una relación y un amor perdido. ¡Felicidades poeta! Lo guardo.
Balagué
Me alegro mucho de que así te lo parezca y te agradezco mucho tu lectura y tu grato comentario.
Saludos
Xabier
Engancha tu poema leyéndolo y queriendo saber el desenlace. Siempre con un punto de humor, ironía.... Retratas muy bien la realidad. Tus explicaciones, muy oportunas, Xabier.
Abrazo
Pau
Me alegro mucho, Pau, de que así te lo parezca y te agradezco sinceramente tu grato comentario. El poema, deja traslucir un triste final, como, por otra parte, se dio en la situación real en que se basa.
Saludos cordiales.
Xabier
Más allá de la perfección estilísitca, has compuesto una pieza argumental que es una joya. De fácil lectura, las ideas van fluyendo, encadenadas las unas con las otras de una forma impecable.
Un placer leerte.
Me alegro mucho de que guste como para hacer tan halagador comentario. Muchas gracias, Hippie.
Un abrazo.
Xabier
...no voy a suplicar, no está en mis genes, y, como ya me lo advirtieron antes, no se debe correr tras los amantes, ni tras de los tranvías o los trenes.
Para mi, que no soy monja, ni pretendo serlo nunca, este poema es una buena forma de suplica bajo el ultimátum.
Un abrazo XABIER
Espero que no se te ocurra meterte a monja, Tokki, pero no dejes de mandar una foto, si lo haces algún día.
Gracias Tokki, por leer y comentar este poema.
Un abrazo.
Xabier
Es cierto, no se debe suplicar jamás amor, no tiene sentido y además es no tener orgullo!!
El poema me pareció exquisito en todos sus aspectos!
Un placer su lectura!!
Un gran abrazo!!!
Así, es Jorge. A mí me encantó, cuando la escuché, la máxima que, a modo de consejo o advertencia, realmente decía “Nunca corras detrás de las mujeres, ni de los autobuses”, una clara prevención contra el ridículo y la inutilidad de ambas situaciones.
Muchas gracias, Jorge, por tu visita y tu siempre estimulante comentario.
Un cordial abrazo.
Xabier.
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