No se ni como fue
que llegue a parar aquí
en esta cama de hospital
donde todo me parece mal.
Solo recuerdo que un mal amigo
se llevó mi celular
y enojado lo salí a buscar
luego todo fue un llegar al mas allá.
Quise seguir tomándome unas bebidas
era el cumpleaños de papá.
No se si hice mal,
debí haber vuelto a casa
y haberme acurrucado en mi bejucal.
No haberme dejado llevar por la euforia
pero siempre quise hacer historia
y pensaba que a mi no llegaría la escoria
de los malos amigos
de aquellos que siempre salen contigo.
Algo inhale que no fue cocaína
ni pasta de cocina
a lo mejor fue la maldita H-heroína.
Que nombre tan furtivo
para un amor fugitivo.
Se llevo mis siete vidas
y no hubo salvavidas
ni en el cielo ni en la tierra
que me libre de esta droga perra.
Caí en coma, me entubaron
cuando desperté no podía mover los brazos
los ángeles en una cama me encarcelaron.
Ya no podía sentir los abrazos
todo empezó a rodar por la pendiente
estaba terminando mi vida de valiente.
Solo veía los rostros compungidos.
Oh Dios son tan pocos los ungidos.
Llegan me tocan pero no los siento
un sopor en mi mente dice que miento
Pero seguro estoy muriendo.
Es día de gloria, haré historia
bueno tan poco estoy riendo.
Siento que las enfermeras me viran
para evitar que mi cuerpo se lacere.
¿Por qué no me estoy moviendo?
mi mente lucida ve como giran
las visitas de los otros seres
que están igual que mi adoloridos,
puede que aquí todos estén rígidos
a la espera de la muerte
a lo mejor esa es nuestra suerte.
Veo a mi esposa llegar
y a mi querida hermana.
Tratan mi dolor atenuar,
pero a lo mejor no despertaré mañana.
Oigo que mi mamá
también viene a visitarme
será la última vez que la veré.
Ojalá todavía este despierto
mi vida no ha sido precisamente un gran acierto
por eso estoy llegando a este desierto
donde no veo a nadie solo el yelmo del sol.
Debo estar empezando a delirar
no me quedan muchas horas
en este estropicio
es el día 3 de agosto del 2015.
Mi mamá ha llegado
se la ve fuerte, tiene esperanza;
mas mi sentencia la firme yo mismo.
Así que este sismo
removerá mi simiente,
pasaré esta copa de luz incipiente.
Ha llegado el día. Es casi mediodía.
Apenas si tengo signos vitales.
Mi esposa sonríe, quiere darme luz
pero llegó la hora de mi cruz.
Trato de que se acerque para darle un beso
pero mi rígido peso
empieza a enfriarse.
Mi mamá me acaricia sin inmutarse.
Solo unos días antes me había dicho
que si moría eso solo sería mi capricho.
Igual quiero besarla
pero ya no tengo ánimo para llamarla.
Mi corazón late muy pausado;
a un costado el indicador les avisa
que me estoy yendo a prisa.
Morí el 4 de agosto del 2015
a las 12:10.
- Autor: Kleber Exkart ( Offline)
- Publicado: 15 de abril de 2018 a las 20:02
- Categoría: Carta
- Lecturas: 22
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