Mi Despedida.

Kleber Exkart

No se ni como fue

que llegue a parar aquí

en esta cama de hospital

donde todo me parece mal.

 

Solo recuerdo que un mal amigo

se llevó mi celular

y enojado lo salí a buscar

luego todo fue un llegar al mas allá.

 

Quise seguir tomándome unas bebidas

era el cumpleaños de papá.

No se si hice mal,

debí haber vuelto a casa

y haberme acurrucado en mi bejucal.

 

No haberme dejado llevar por la euforia

pero siempre quise hacer historia

y pensaba que a mi no llegaría la escoria

de los malos amigos

de aquellos que siempre salen contigo.

 

Algo inhale que no fue cocaína

ni pasta de cocina

a lo mejor fue la maldita H-heroína.

Que nombre tan furtivo

para un amor fugitivo.

Se llevo mis siete vidas

y no hubo salvavidas

ni en el cielo ni en la tierra

que me libre de esta droga perra.

 

Caí en coma, me entubaron

cuando desperté no podía mover los brazos

los ángeles en una cama me encarcelaron.

Ya no podía sentir los abrazos

todo empezó a rodar por la pendiente

estaba terminando mi vida de valiente.

 

Solo veía los rostros compungidos.

Oh Dios son tan pocos los ungidos.

Llegan me tocan pero no los siento

un sopor en mi mente dice que miento

Pero seguro estoy muriendo.

 

Es día de gloria, haré historia

bueno tan poco estoy riendo.

 

Siento que las enfermeras me viran

para evitar que mi cuerpo se lacere.

 

¿Por qué no me estoy moviendo?

mi mente lucida ve como giran

las visitas de los otros seres

que están igual que mi adoloridos,

puede que aquí todos estén rígidos                          

a la espera de la muerte

a lo mejor esa es nuestra suerte.

 

Veo a mi esposa llegar

y a mi querida hermana.

Tratan  mi dolor atenuar,

pero a lo mejor no despertaré mañana.

 

Oigo que mi mamá

también viene a visitarme

será la última vez que la veré.

 

Ojalá todavía este despierto

mi vida no ha sido precisamente un gran acierto

por eso estoy llegando a este desierto

donde no veo a nadie solo el yelmo del sol.

 

Debo estar empezando a delirar

no me quedan muchas horas

en este estropicio

es el día 3 de agosto del 2015.

 

Mi mamá ha llegado

se la ve fuerte, tiene esperanza;

mas mi sentencia la firme yo mismo.

Así que este sismo

removerá mi simiente,

pasaré esta copa de luz incipiente.

 

Ha llegado el día. Es casi mediodía.

Apenas si tengo signos vitales.

Mi esposa sonríe, quiere darme luz

pero llegó la hora de mi cruz.

Trato de que se acerque para darle un beso

pero mi rígido peso

empieza a enfriarse.

 

Mi mamá me acaricia sin inmutarse.

Solo unos días antes me había dicho

que si moría eso solo sería mi capricho.

Igual quiero besarla

pero ya no tengo ánimo para llamarla.

 

Mi corazón late muy pausado;

a un costado el indicador les avisa

que me estoy yendo a prisa.

Morí el 4 de agosto del 2015

a las 12:10.

 

 

 

 

 

 

 

  • Autor: Kleber Exkart (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de abril de 2018 a las 20:02
  • Categoría: Carta
  • Lecturas: 22
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