Un castillo ya por el tiempo ajado,
unos ríos de barrancos profundos
y viejas calles de perdidos mundos,
en fin, un Albarracín agostado.
Allí se hallan fantasmas del pasado
y son eternos los breves segundos,
pues allí permaneceremos juntos
sin perder nuestro paso enamorado.
No volveremos, no somos aquellos,
otro sino el devenir nos depara;
de la brillante luz restan destellos
y aunque el inmortal tiempo nunca para,
quienes fuimos, por siempre serán bellos,
que en Albarracín, nada nos separa.
- Autor: Pablo Mora Guillem (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de abril de 2018 a las 06:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 54
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