-RELATO-
Estaba flotando en el lago, abombada como un sapo enojado, tenía tres días de estar ahí, su cuerpo estaba enredado entre la maleza de la orilla y los lirios floridos, los mocosos se acercaron cuando se percataron de los zopilotes dando vueltas concéntricas en el mismo sitio, conocían bien el ritual de los comensales, creyeron que se trataría de una tortuga hedionda, una gallina, en el mayor de los casos de un ternero, al acercarse se taparon intempestivamente la nariz y la boca, evitando regurgitar los mangos que acababan de devorar, cuando por fin pudieron reconocer un cuerpo, salieron despavoridos pegando gritos por la callecilla hasta llegar al vivero, hablaban con la respiración entre cortada y todos al mismo tiempo contaban lo que vieron, nadie entendía nada, hasta que el capataz los hizo callar de un grito y luego le pidió al mayor que hablara, al enterarse salieron todos corriendo al lago y efectivamente los zopilotes ya habían bajado, los espantaron con palos y piedras y se acercaron hasta la orilla… ¿quién es? preguntó uno de los peones, es la esposa del señor Rafael, estaba con la bata de levantarse, el vientre atilintado entre la seda y sin ojos, pero la reconocían bien. ¡Pobre don Rafa! ahora quien se lo va a decir cuando vuelva, - pues la policía- dijo el capataz, aquí ninguno sabe nada.
Se subió a la carcacha vieja y fue a llamar a la guardia rural, que duraron poco menos de diez minutos en llegar, cosa diferente cuando se trata de un robo que duran dos días, la noticia se corrió en aquel pueblucho de chismosos y ya las buenas señoras estaban conjeturando que una cosa tan espantosa solo podía pasarle a una mujer que tuviera cosas escondidas, no habían terminado de decirlo cuando se oyó el alarido de la hija que acto seguido se desplomó y tuvieron que volverla en sí poniéndole agua con alcohol en la nariz, y mientras llegaba la ambulancia, le dieron pa’ que tomara un poquito de agua de 7 azahares que calma los nervios.
-Todos para atrás, abran campo- y colocaron la cinta amarilla mientras se llenaban los mil formularios del hecho, y la declaración de los testigos, que si bien encontraron el cuerpo no vieron nada más que los zopilotes.
El punto es que la investigación siguió, lo que no quiere decir que se resolviera nada, el señor Rafael había salido 3 días antes al centro y regresaba dentro de dos días, se le envió la noticia que regresara de inmediato por la tragedia y ese mismo día en la noche estaba con todo lo del sepelio, porque en el estado que se encontró a la doña no podía haber vela, situación que los vecinos lamentaron pues el velorio en esos lugares es el punto donde se enteran de los detalles o se los inventan, pero bueno ahí estaba el novenario para poder averiguar bien el chisme.
Al segundo día del novenario la policía interrumpió en la sala y le dijo a don Rafael que estaba arrestado, ¡se armó el bochinche!, don Rafael los sacaba a punta de machete y gritaba que respetaran, las viejas chismosas decían – ¡como un señor tan católico!!-, los otros veían la escena como casi adivinada, porque desde el principio algo les olía mal, aparte del muerto.
Y sí, don Rafael había salido tempranísimo ese mismo martes, la señora llevaba 3 días de descomposición, los mismos días que llevaba Rafael afuera, pero eso no probaba nada, de no ser por Clara, la concubina de don Rafael que nadie conocía excepto su mujer y por la que se iba al centro esa semana, ella sabía una historia muy distinta a la del asalto y la violación nunca comprobada que la policía, a punta de versiones de los vecinos, había armado para cerrar el caso.
-Señores, la discusión empezó en la madrugada antes de salir Rafael, la señora le reclamó que si otra vez iba a meterse a la casa de esa puta, o sea yo, y en una que va y otra que viene se tiraron los platos y todo lo que encontraron, cuando ya ella vio que el idiota éste no iba a quedarse lo amenazó, diciéndole, que toda esa finca y los negocios del centro eran de ella, que no se le olvidara que lo podía dejar en la calle, que él siempre había sido un muerto de hambre, y eso es cierto, ella era la de la plata.
Entonces él animal este agarró el mecate que sostenía las cebollas en la entrada de la cocina y le apretó el pescuezo hasta asfixiarla, después la subió a la camioneta y la tiró al lago, corrió a desordenar toda la casa con cuidado de no dejar pistas, cogió el efectivo y se fue antes de que terminara de amanecer para que nadie sospechara.
Llegó a mi casa a eso de las 9 de la mañana, y me contó toda la historia, supuestamente porque por fin era libre pa’ que nos casáramos, pero uno no es bruta… si ese animal hizo algo así a la mujer que le dio tres hijas ¡que en paz descansen las dos mayores! Cualquier día viene y me mata, imagínense usted, casarnos con la esposa recién asesinada.-
Muy bien señora, muchas gracias por colaborar. Seis meses después Rafael estaba encerrado en espera del juicio, pero antes de que llegara esa hora se suicidó en la celda mugrienta donde de una u otra forma terminaría sus días.
Una vez que el viejo murió, Rosa, la hija menor, la única viva fue a reclamar la herencia tan esperada toda su vida, Rosa era esposa de un mantenido como su padre por eso Rafael nunca lo quiso, sabía reconocer los la misma calaña. Al darse cuenta de la tragedia, le dijo a Rosa que por fin se habían muerto ese par de viejos y que, ¿qué estaba esperando para ir con el abogado?, Rosa llegó hasta la oficina del abogado de la familia y el diplomático le dijo con muy poca pena que su papá la había dejado en la calle y que toda la herencia familiar pertenecía en este momento a Clara María Rojas, Rosa explotó en llanto al ver que su padre era un hijueputa, y que para hacer algo así había tenido que engañar a su mamá, ¡una vez más! para que firmara, acababa de darse cuenta quien era Clara María tras las declaraciones y porque había cantado a su tata, no importaba ya, de todos modos Rosa sólo sintió pena de que su papá estuviera muerto porque no podía ir ella misma a matarlo.
Volvió hasta donde su marido, quien acto seguido la abandonó, sin plata la Rosa era sólo un estorbo, así fue como la mujer se ahogó año tras año en su soledad y su miseria, lamentaba que su madre no hubiera dejado a esa bestia desde hace años, que ella no se hubiera dado cuenta de lo que estaba pasando, se reprochaba lo estúpida que había sido por haberse casado ella también con un animal peor que su padre, hasta que un día sintió que desde el fondo algo le hablaba, pensó que era Dios, se levantó del catre, se bañó, se fue para el centro, ubicó a Clara y la vio cómodamente dando órdenes en el negocio de su mamá, se fue entonces hasta la casa que tenían en el centro donde se quedaban cuando eran pequeñas para ir a las fiestas patronales, como esa había sido su casa sabía perfectamente como entrar, esperó que Clara llegara y con ella iba el abogado. Rosa ya había cerrado las ventanas, las salidas y por último, en medio de la noche cerró la puerta del frente, pegó un grito de espanto como si hubiese dejado escapar los mil demonios que llevaba dentro hace años y dejó caer la mecha a la orilla de la puerta, donde alzó fuego inmediatamente, siguió corriendo alrededor de la casa tirando mechas de tela encendidas con canfín y en menos de dos minutos la casa ardía como el mismísimo infierno, Rosa los oía gritar tratando de buscar una salida y en muy poco tiempo no se escucharon más, hubiese querido que estuvieran consientes hasta el final para verlos sufrir despacio como ella había sufrido tantos años, cuando llegaron los vecinos ya no había nada que hacer y Rosa reía desquiciada mojando mechas en canfín y tirándoselas a los bomberos que no podían apartarla, hasta que una de esas le alcanzó el pelo y Rosa se quemó mientras seguía riendo desquiciada, ¡no importa! ya a Rosa se le había quemado el alma desde hace tiempo atrás.
- Autor: la flaca (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de abril de 2018 a las 17:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: Frida Alcántara, Texi, Shane Spielrein
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.