El niño
solo
con sus pensamientos
cada uno una vida
en esa noche de verano
eran tantas
sus fantasías
entre las infinitas estrellas.
Subido en la más alta rama
como si fuese
un marino
en las jarcias
del navío
surcando el cielo.
El niño
blande en su mano
una rama
como espada
cortante
de villanos
intrépidos y malos.
En un instante
el ladrido de un perro
transforma el barco en un caballo
al galope
llegando al pié de las altas montañas
y encima de ellas
la luna redonda
reclama ser rescatada
de malignos ladrones
tras la montaña.
Entonces es cuando
el niño
reclama al destino
a las estrellas del cielo
poderes mágicos
para que su brazo
sea poderoso
y
alcancen la luna
redonda luna
………….
Guardarla
en el bolsillo
del corazón
después de besarla
y
prometerle
seguir creciendo
para defender
el cielo
donde ella
pueda amarle
mientras él la mira
pasar
en los cielos del verano.
Pero esa noche
la única vez
la llevará
en el bolsillo
para colocarla
en su almohada
y soñar
con ella
su amada luna.
-
Autor:
Esteban Couceyro (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 18 de abril de 2018 a las 11:44
- Categoría: Amor
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: larisadelesqueleto, Texi
Offline)
Comentarios5
La inocencia, resplandece, y esos cuentos, dulces cuentos, aligeran mi espiritu de las preocupaciones diarias..
Muy bello tu poema,muchas gracias Esteban.-
El agradecido soy yo por tus palabras, cuentos de niños que alguna vez fuimos.
Un abrazo.
Esteban
Hermoso homenaje a la luna en manos de un pequeño soñador.
DTB SIEMPRE
Quizá ese irrefrenable deseo de retornar a la niñez.
Un saludo.
Esteban
Percioso y mágico
Como la niñez.
Un saludo agradecido.
Esteban
Un adulto quiere comprar el cielo, al niño le basta con mirarlo.
Saludos
Los adultos, somos como el ángel caido y los niños se saben dueños del cielo, no necesitan poseerlo.
Un saludo.
Esteban
niño no crezcas nunca, porque tú eres el entusiasmo
un abrazo
Hay mentes, que por la experiencia, envejecen y otras que permanecen niñas en un cuerpo cargado de experiencia, quizá eso sea un sabio.
Un abrazo.
Esteban
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