Mis ojos son dos cuencas que son aire vacío
y no ven más allá de la sombra del mundo.
Y lucho con el mar. Y lucho con el frío.
Y caigo al suelo como se cae el vagabundo.
Beso la grava. Encuentro mi origen tan latente
Que me hago piedra y siento lo que siente la piedra,
Que me hago gente y dudo del sentir de la gente,
Que me crece en la espalda la marca de la hiedra.
Golpeo las paredes y me responde el eco
De la Historia y el plomo -que no son tan distintos-
Y miro en el cristal mi rostro ajado y seco:
Mis labios son veredas, mis ojos laberintos.
Al metal corresponde la creación humana
Y al mismo fin humano corresponde el metal
Como es el rojo cielo señal de la mañana
Y el insecto asqueroso del humano es señal.
Pájaros negros llevan banderas incoloras.
Pájaros de mujeres y hombres en desbandada.
Miro el reloj y escribo mientras pasan las horas
Sabiendo que he tenido consciencia de ser nada.
- Autor: Fantasma de Nadie ( Offline)
- Publicado: 18 de abril de 2018 a las 12:16
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 14
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.