I
Hoy describo a una flor, una rosa llamada María,
de un rosal silvestre fragante como la poesía,
paloma de paz, paloma de mirada amorosa,
rosa de un vergel, madre de alma bondadosa.
II
Flor de frescos campos, marbella colombiana
quien con vívido color mi jardín ella engalana,
vio nacer su vida como el rocío del amanecer,
rosa de mil días que no ha visto su anochecer.
III
Es cálida compañía en el tiempo de soledad,
es dulce refugio en la inclemente tempestad,
en la indecisión sus palabras dan confianza
y en la desilusión su voz es de fiel esperanza.
IV
Al desfallecer ella me blinda con su fortaleza
para enfrentar la vida con decidida entereza,
en el mar de la duda su brújula es orientación
regresando mi rumbo hacia la mejor dirección.
V
Sus oraciones son murallas de gran bendición
pues el Todopoderoso me da de su protección,
ella cuida mis caminos al orar en la ventana
y el mal no me toca en la noche ni la mañana.
VI
No hay mayor tesoro que conocer a mi Jesús,
fue con ella que hallé el camino hacia la cruz,
pues ha sido mujer con gran ejemplo de amor
probada con el fuego para ser vaso de honor.
VII
No se recompensa lo que ella ha sacrificado,
por eso mi misión es estar siempre a su lado
y hoy expreso esta plegaria al Señor del cielo
quien puede otorgarle a mi alma este anhelo:
VIII
Que cuidemos de sus arrugas y de sus canas
y de su años de oro sin que nos falten ganas,
que calentemos sus manos de noble anciana,
abrigándola del crudo invierno de la mañana.
IX
Que tengamos el cuidado de sus pies arropar
y su lento andar acompañemos sin murmurar,
que a sus tiernos años no falte ningún abrazo
y no esperemos a darle cariño hasta el ocaso.
X
Que seamos la familia que a ella le consuela
y sea apreciada como madre y digna abuela,
que nuestro brazo este presto para apoyarla
como fiel bordón y en sus pasos sustentarla.
XI
Perdona si llenamos tu corazón con temores,
perdóna si con espinas te causamos dolores
y si desentonamos con tristeza y desamores,
que ahora sea el día del cantar de ruiseñores.
XII
Diste lo suficiente, no albergues algún pesar,
diste lo que tenías, no hay por qué lamentar,
seremos nosotros quienes para ti estaremos,
seremos tus hijos quienes de ti cuidaremos.
XIII
Tienes de Dios su gracia pues es tu proveedor,
Él es tu buen esposo, tu Señor y máximo amor,
eres de Dios princesa, eres la niña de sus ojos
y solo ante su presencia tu ser cae de hinojos.
XIV
No te preocupes tanto por lo que ha de venir,
no te afanes mucho, en Dios está el porvenir,
Dios cumplirá lo dicho en sus fieles promesas,
Él es fiel y lo hará, es hacedor de mil proezas.
XV
No guardes temores por lo que ha de acontecer,
no te preocupes de más por lo que ha de suceder,
quiero admirar contigo la puesta del atardecer,
y brindarte mi fiel abrigo al llegar tu anochecer.
XVI
Quiero ser buen hijo, comprensivo y de amor,
quiero ser hombre sencillo y que dé fiel honor,
que sea Dios el Padre concediéndome su favor
mudando para bien lo que halle en mí interior.
XVII
Flor del fresco campo, rosa de huerto silvestre,
flor de mil días con aroma de rosal campestre,
vio la luz de la vida en un viernes al alborecer,
rosa lozana que aún no se ha visto desflorecer.
XVIII
Así de maravillosa, así es una mujer virtuosa,
una paloma serena, aunque de alma valerosa,
así es la mujer de gran nobleza y corazón fiel,
así es mi bella madre, flor dorada de mi vergel.
- Autor: Cesar Fernando (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de mayo de 2018 a las 15:43
- Categoría: Familia
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Ágora, María C., alicia perez hernandez
Comentarios4
Precioso poema
Muchas gracias, Ágora. Fue una experiencia especial en mi corazón, vale la pena hacer un detalle así para la mamá.
Feliz estará María con esa hermosa poesía.
Así es, la noche que lo leyó noté un cambio en mi María, creo que no lo esperaba ni se lo imaginaba. Fue una experiencia bonita para los dos porque realmente los lazos de amor se fortalecen en ese vínculo eterno de madre e hijo.
SIMPLEMENTE HERMOSO...
EN MARAVILLOSOS VERSOS.
ABRAZOS CON SALUDOS, CESAR
Muchas gracias, Alicia.
Ha sido una experiencia que aún no logro comprender del todo, y eso es bueno, porque es mejor aceptarlo como es y como viene.
Ha sido un rocío de amor sobre el corazón de mi anciana madre, sufrida y abnegada mujer, y para mí, un quebrantamiento del corazón y a cualquier dureza que como hombre pueda experimentar; aún sigo llorando cuando lo leo.
Haber escrito y regalado este poema a mi mamá ha sido una bendición del Altísimo para nuestro hogar.
Cordial saludo.
No hay mayor tesoro que conocer a mi Jesús,
fue con ella que hallé el camino hacia la cruz,
pues ha sido mujer con gran ejemplo de amor
probada con el fuego para ser vaso de honor.
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Sin duda amar a Jesús, es un vaso de honor y qué un hijo lo diga es una bendición. La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. Pr 31:30. una oda como homenaje para tu querida madre, muy bella, saludos Cesar
Es toda una realidad, no tengo reproches por nada, ella fue padre y madre, ella lo dio todo, ella no merece menos, no tengo ni podré recompensarla lo suficiente, solo entender cuál es mi misión con ella: cuidarla y acompañarla en sus años de oro.
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