Acaricia la tierra entre tus dedos,
siente la suavidad de su generoso aliento
como un tibio efluvio que deja calidez en el alma.
Percibe el aroma de milenios compostados en su vientre,
perfume de edades que fueron y serán por siempre:
la savia dinámica del árbol que siembres,
el canto del ave desafiando horizontes,
la saciedad del hambre con el fruto de tu labranza.
Hay una siembra para todos los días,
también para esos días urgentes cuando sobreviene la angustia;
acaso cuando no haya fuerzas para aspirar las horas
quedará tu leve huella sobre el plantío.
- Autor: Julián Rivero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de abril de 2018 a las 14:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Amalia Lateano, Ma. Gloria Carreón Zapata.
Comentarios3
Julián : de la tierra venimos y hacia ella vamos.
Pero se terminará todo en ese acontecer.?
Muy profundos tus versos.
Saludos
Amalia
Gracias. No sé dónde termine la cosa. Lo cierto es que aún nadie ha regresado para contarlo; por ahora seguiré sembrando. Un abrazo.
Cierto es Julian querido, que la madre tierra, se ahonda en su nobleza.-
Cuando la lluvia la riega, regala la fragancia de su perfume, agradecida.-
Toda vez que generosa, transforma la semilla, y guarda en su vientre memorioso, los millares de vidas.-
Suelo, alimento, descanso y paz para el difunto, es el compendio del principio y fin de nuesra vida.-
Tu poema tiene la ternura del que la ama y respeta, y del que en ella todo lo espera.-
Muy bello, y un homenaje muy merecido.-
Te dejo un cariñoso abrazo.-
Polvo somos y al polvo volveremos a nuestra bendita Madre Tierra, bellos y reflexivos versos estimado autor, un gusto pasar por su espacio. Un cordial saludo.
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