Divagación

Norberto Osvaldo Algarin

Yo erraba por la silente, frondosa alameda

cuando aquél improviso que respondí con creces

sobrevino: ví a la cándida y radiante Leda

junto a un albo Cisne de ademanes corteses.

 

Tal sucedido lo he de recordar mientras pueda.

Díjome aquella: "Veo, joven, que desvaneces; 

la ausencia de la rosa y la heráldica moneda

te hacen ver el mundo con barnices ciertas veces.

 

Pero ve hacia aquel viejo que enrolla el pergamino;

él alienta bajeles con su soplo divino

y noveles corona con su fresco laurel".

 

Y se fue como el humo con el Cisne altanero...

Yo le dije a aquél viejo -resultó ser Homero-:

"¡Le confío yo el remo de mi frágil bajel!".

  • Autor: Antranik Manoukian (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de abril de 2018 a las 17:23
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 16
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