* Each (Cada Uno)

Wellington Rigortmortiz



Te respiro en la distancia,

aroma inmutable,

refrescante brisa marina,

en la cumbre de mis pensamientos

me refugio para mirar a lo lejos

alguna aurora o destellos de luz

que imagino ilusamente cercanos,

las fantasías jamás

parecieron tan reales

y enigmáticas a la vez,

nunca fueron escasas, ni en demasía,

solo esenciales, profundas;

en la orilla del mar te imagino

esperando aparezca mi galeón,

quizás conmigo a bordo,

tus bellos y delicados pies

sumergidos desean seguir un camino,

como acudiendo a un llamado,

lenguaje sin voz, sonidos en el aire,

braille escrito sobre la gran sabana liquida

en la cual, vas sumergiendo tu cuerpo,

el tiempo, inmisericorde,

en tono sarcástico,

nos puso frente a frente, pero,

solo como reflejo de cada uno nada más,

incapaces somos

de poder cruzar al otro lado,

podemos mirarnos, quizás,

escucharnos, ya que la voz aquí,

pierde su espacio; las lágrimas,

sonrisas y enojos de cada uno

se reflejan en nuestros rostros,

es lo que podemos observar

cada uno desde el espacio que ocupa.

 

El espejo imaginario

cada vez pierde su espesor, cada vez

se va transformando en niebla, semejante

a un portal es su forma y figura, que poder

posees Ada de los encantamientos?,

que poder que no sea el generar amor,

pasión, ternura, viajar de manera astral

abandonando la materia?,

entre nuestros dos mundos

aquella barrera liquida y de arena

con tu poder se transforma en viento,

fácil respirarlo y navegarlo,

todos los sentidos atraviesan de lado a lado

reencontrándose y danzando juntos

la melodía que tu alma canta,

es lo que podemos observar,

lo que podemos sentir

cada uno desde el espacio que ocupa;

en la distancia puedo tocarte, acariciarte

sin profanar tu esencia seráfica.

 

Cada uno ha creado un sacramento,

promesas cubiertas con la pureza de la sangre,

tan sagradas como la vida frágil y pequeña

que reside dentro de nosotros aun como anhelo,

aun como esperanza, la que se materializara

para ser como los dos, un ente de certezas;

lo más sagrado que poseo en la vida,

lo he ofrendado, en el altar de mi Diosa,

de rodillas ante sus hermosos pies

los he depositado, la inmensidad del universo,

su poder y misericordia, lo han visto todo,

es mi última batalla, mi última esperanza,

la última vida que me queda por respirar aun;

aroma inmutable, refrescante brisa marina,

en la orilla del mar te imagino

esperando aparezca mi galeón, quizás

conmigo a bordo, puerto para cada uno

de nuestras más grandes ilusiones.

 

El viaje se acorta, el encuentro se aproxima,

la eternidad para cada uno, está por nacer,

ya posee su color, su lenguaje,

crece más que la luz del amanecer,

aquella que ahuyenta las sombras y el frío…

…despertamos, si, despertamos…

Estamos aquí, recostados sobre el pasto verde

con las manos entrelazadas a las tuyas

aun viajando, mirándonos cada uno fijamente,

como siempre, ingresando a través de la mirada

al mundo magnifico que cada uno lleva dentro…

para la eternidad de nuestras almas.

  • Autor: Rigortmortiz (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de abril de 2018 a las 18:45
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 50
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.