Oculta entre la bruma.
Silenciosa y profunda.
Sibilina y felina.
Cautelosa y prudente.
Alerta y tensionada.
Replegada y ausente.
Acecha la nostalgia,
etérea y transparente.
Lentamente somete.
Penetrando sin prisa.
Como se cuela el aire,
en las finas rendijas.
Invade sin premura,
las distraídas mentes.
Soterrada y constante.
Prudentemente ocupa.
Cada fibra que vibra,
en el gris inconsciente.
Llega sin previo aviso.
Silenciosas pisadas.
Con reflejos sin brillo.
Salta los parapetos.
Atraviesa las vallas,
del sutil pensamiento.
Horada las paredes,
de recios sentimientos.
Superando fronteras.
Sin esfuerzo aparente.
De puntillas se acerca.
Para no ser notada.
Con sus cálidos brazos,
fuertemente te aferra.
Acunándote en ellos,
con sutil insistencia.
Ocupando afanosa,
los olvidados huecos.
Desprotegidos nichos,
de apartados recuerdos.
Las barreras anímicas,
del sutil subconsciente.
No detienen la marcha,
que la nostalgia emprende.
Despiadada vorágine.
Que abstraída mantiene,
la realidad presente.
El repentino asalto,
al valor que defiende.
Palpita la nostalgia,
en las sufridas sienes.
A veces dolorosa.
Mensajera otras veces,
de voces que enriquecen.
Pero siempre alterando,
la inercia que nos mueve.
A. L.
http://alupego.blogspot.es/2
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