Cuando noto como pasan
en mi vida los inviernos,
hay un algo que me ocurre
y de pronto, me estremezco,
puede ser que la nostalgia
deje un poso de recuerdos,
y también que la alegría
tenga culpa en todo esto,
pero es fácil comprender
que la edad no admite tiempos,
ni tampoco resonancias
que den vida a los alberos,
y es que el tren que va pasando
deja andenes en silencio,
y las manos conocidas
que flamean los pañuelos...
Cuando pienso en primaveras,
y en veranos no tan lejos,
hay un algo que me grita
y desgarra por el pecho,
y es que creo que la vida
es ingrata, sin remedio,
tiene envidia de los hombres
que caminan con sus sueños,
y se ceba en las pasiones,
se recrea con sus miedos,
alterando los sentidos
como rosa de los vientos;
es injusto lo que pasa,
lo proclamo y no lo niego,
porque el niño se hace hombre
y la infancia es un momento.
"...Cuando siento las caricias
de unos labios con un beso,
se aceleran, desde entonces,
las estrofas de mis versos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/04/18
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 22 de abril de 2018 a las 15:01
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: Fabio Robles, Texi
Comentarios1
Tu poema es excelente, cadencioso y fluye con facilidad dejando su mensaje. Octosílabos muy lindos
Gracias por tu comentario Fabio.
Un saludo.
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